1º de Diciembre del 2019
1er Domingo de Adviento
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, preparen sus corazones para la
gran Fiesta de la Navidad que se acerca rápidamente. Para hacerlo,
tienen que centrarse en el Amor Santo: amarme a Mí sobre todas las
cosas y a su prójimo como a sí mismos. Esto descarta lo que el mundo
promueve como el espíritu navideño, lo cual es el amor a los bienes
materiales. No permitan que sus corazones se pierdan y se confundan en
un mundo que ve la Navidad como una celebración de materialismo.”
“Yo necesito que el centro de sus oraciones esté en el milagro del
nacimiento de Mi Hijo. Necesito sus esfuerzos para poder influir en la
victoria del bien sobre el mal en los corazones. Los corazones no se
abrirán a Mi llamado a menos que ustedes recen para que eso
suceda. Ustedes no pueden ver la gran influencia que Satanás tiene
sobre el corazón del mundo como Yo la veo. Él persigue cada corazón
para poder completar su victoria. Él está en medio de la política, del
entretenimiento, de la moda y en los medios informativos. En estos
tiempos, las almas están tan confundidas que ven el asesinato y el
suicidio como soluciones a sus problemas. Mientras tanto, Mi Corazón
está abierto para ellas, llamándolas. La mayoría no ha aprendido cómo
rezar.”
“De manera que, en medio de todo esto, Yo dependo de ustedes, Mi
Resto Fiel, para que sean Mis municiones en esta guerra que Satanás está
librando en los corazones.”
“Apártense de todo lo demás. Tómense el tiempo de rezar. Mi victoria se acerca más con cada oración que me dan con amor.”
Lean 2ª Timoteo 4:1-5
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de
juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de
su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella,
arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de
enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más
la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se
procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se
apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio,
vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como
predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.

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