11 dic 2019

10 dic 2019 - EE.UU: Dios Padre: Hijos sus oraciones son muy necesarias, reconozcan a Satanas cuando trata de distraerlos...

10 de Diciembre del 2019
Mensaje Público
 
 
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre.  Dice:  “Hijos, cuando ustedes se enferman, toman medicamentos;  intentan no saltarse ninguna dosis, pues cada pastilla sirve para su recuperación.  Yo les digo, lo que se necesita para la recuperación del corazón del mundo son sus oraciones.  Cada oración cuenta para restaurar la conciencia del mundo en la rectitud.  Si sus oraciones se ofrecen entre grandes distracciones, tan sólo su compromiso para seguir rezando ya tiene mérito.  Las distracciones son una señal de que Satanás tiene miedo de sus oraciones;  por lo tanto, no se desanimen.”
 
En esta guerra entre el bien y el mal, la oración debe ser su arma de elección;  la más efectiva es su rosario.  Las personas no ven la guerra que hay a su alrededor.  Si los corazones estuvieran espiritualmente cimentados, verían las tácticas de Satanás por todos lados.  Es difícil, en el mejor de los casos, ganar una guerra cuando ni siquiera reconocen que están en guerra.”
 
Cuento con Mi Resto Fiel para liderar el ataque contra el enemigo invisible y muchas veces irreconocible.  Sus oraciones cuentan.”
 
Lean Efesios 6:10-18
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder.  Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio.  Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio.  Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos.  Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza.  Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz.  Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno.  Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.  Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu.  Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos…

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