¿No os
dais cuenta de que en todo momento el Malo os acecha? Debéis vivir en entornos
donde no tengáis tentaciones tan fuertes que os llevan a la caída, debéis
prevenir el pecado que es mejor que confesarlo, debéis buscar compañías sanas,
diversiones sanas, distracciones sanas y no ceder al Mal que muchas veces viene
disfrazado de bien pero que es veneno mortal para vuestras almas. Yo, Jesús, os
hablo.
Que las
cosas malas las hagan la mayoría de la gente eso no las convierten en acciones
buenas, por eso, os pido que hagáis oración cada día para no entrar en
tentación (Mt 26,4). Yo era santísimo, el más santo que otras personas y nunca
dejé de orar ni de hacer el bien y, es por ello que os solicito que hagáis
ratos de oración cada día para que tengáis luz y fortaleza, no os creáis
inmunes a la sugerencias del demonio, si no fuera porque a muchos Mi gracia los
sostiene seríais personas corruptas hasta la médula. Así pues hijos de Mi
divino Corazón, no dejéis de orar en todo momento y cada día. Una jaculatoria
mientras conducís, un Avemaría mientras camináis, un acto de amor o de
alabanza a Dios mientras esperáis en una
fila del banco o del médico, ya esto son pequeñas oraciones y pequeñas armas
que os pueden evitar grandes tentaciones y hasta caídas en el pecado mortal.
Yo, Jesús, os hablo.
Si
supierais lo que odio el pecado no querríais ni nombrarlo. No sois conscientes
del mal tan grande a que os expone el pecado mortal. Sé que flaquezas siempre
vais a tener porque ésta es la condición humana, pero pecar mortalmente es como
adentraros en el Infierno, aparte que jamás el pecado mortal os traerá ninguna
dicha, pues luego los remordimientos se os clavarán en el alma como espinas que
os dolerán incesantemente. Y a quien no tenga ningún remordimiento por el mal
que ha hecho o hace, ¡ay hijos! si no se enmienda y acude a Mí con humildad, se
perderá eternamente.
En estos tiempos en que el mal se está legalizando, no os puedo hablar con más suavidad, tengo que hablaros con la cruda realidad y deciros que os enmendéis, que cambiéis de vida porque Mi gracia no os va a faltar, pero tenéis que poner, y sin esperar un instante, todo lo que esté de vuestra parte. Yo, Jesús, os hablo y os advierto.
En estos tiempos en que el mal se está legalizando, no os puedo hablar con más suavidad, tengo que hablaros con la cruda realidad y deciros que os enmendéis, que cambiéis de vida porque Mi gracia no os va a faltar, pero tenéis que poner, y sin esperar un instante, todo lo que esté de vuestra parte. Yo, Jesús, os hablo y os advierto.
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