21 de Diciembre del 2019
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, prepárense para seguir a María y
José hacia Belén en la última parte de su viaje. Las noches eran
frías. No había luz en el camino, excepto por un resplandor alrededor
de los dos visitantes mientras recorrían el sendero por el que el
burrito los llevaba. Tenían mucho cansancio, sin embargo, no podían
desanimarse, pues sabían que caminaban en Mi Voluntad. Estaban
decididos a avanzar en el viaje sabiendo que Yo los estaba guiando.”
“Recen por esta misma determinación para caminar en Mi Voluntad sin
importar los obstáculos. Que no los desanimen las personas o los
acontecimientos, ni siquiera las penurias del viaje. Cada uno está
peregrinando hacia la vida eterna. No permitan que ninguna distracción o
falsos dioses los desvíen del camino de Mi Voluntad para
ustedes. María y José aceptaron incluso la decepción del establo, pero
al final, Mi Voluntad brilló incluso en esta humildad. Si ustedes
aceptan Mi Voluntad, es probable que no vean Mi diseño final para
ustedes a largo plazo, pero siempre está ahí. Por lo tanto, acepten lo
mejor y lo peor en sus vidas como una sola cosa en Mi Voluntad.”
Lean Lucas 2:4-7
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret,
ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David,
para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras
se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a
luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un
pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

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