LLAMADO DE SAN MIGUEL AL PUEBLO DE DIOS
¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!
Pueblo de Dios, la Paz del Altísimo esté con todos vosotros y mi Intercesión y Protección, os acompañe siempre Simiente de mi Padre, ya estáis entrando en días de gran agitación y tribulación; permaneced firmes en la fe, para que nada ni nadie os robe la paz.
La lucha espiritual cada día será más fuerte, los ataques en la mente no os darán tregua; por eso debéis de estar bien fortalecidos espiritualmente, llevando puesta a todo instante vuestra Armadura Espiritual y fortaleciéndoos con el Cuerpo y la Sangre del Amado Cordero de Dios.
Hermanos, las persecuciones contra el Pueblo de Dios van en aumento, especialmente contra la Iglesia de Cristo; millones de cristianos y católicos, diariamente son perseguidos, encarcelados, torturados o desaparecidos en muchas naciones; los demonios encarnados quieren impedir por todos los medios que los cristianos y católicos, vayan en aumento.
Conocen del poder de la Iglesia de Cristo cuando reza unida que hace estremecer los infiernos. En muchas naciones donde profesan otras religiones, ser cristiano o católico es ya un delito y se está impidiendo la celebración del Santo Sacrificio.
¡Pueblo de Dios, ni un paso atrás, adelante con vuestra fe; que nada ni nadie os aparte del Amor de Dios! El cielo está con vosotros, pedid mi Intercesión y la de mis hermanos los Arcángeles y Ángeles y gustosos vendremos en vuestro auxilio.
Acordaos que estáis ya en batalla espiritual y no podéis bajar la guardia con la oración, porque los demonios andan sueltos por el mundo, buscando la forma de robaros la paz y el alma. Os regalo hermanos esta oración a mi Espada para que la hagáis a mañana y noche y así permanezcáis protegidos de toda acechanza y dardo incendiario del maligno.
ORACIÓN A LA ESPADA
DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
¡Oh Espada Gloriosa dada a Miguel Arcángel, por el Padre Eterno, del empíreo celeste!
Espada Gloriosa: combate todo espíritu ruin en nuestras familias, en nuestra mente y en nuestro corazón.
Gloriosa Espada de San Miguel Arcángel, coloca este signo victorioso sobre mi mano derecha para dar la victoria final y poder vencer todo espíritu destructor que quiera alejarme de la Gracia Santificante.
Ven Gloriosa Espada de San Miguel, relampaguea con un rayo del Santo Espíritu, para poder ver el rostro de nuestro Padre Amado Celestial y ser digno de las promesas de mi Señor Jesucristo.
Amén

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