10 de Enero del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “La paz llega al corazón cuando el alma
se abandona a Mí. La ambición egoísta produce un corazón inquieto. El
corazón que no está en paz no confía en Mí ni en Mi Provisión. Alguien
así está continuamente ansiando lo que no le corresponde tener. El mal
fruto del egoísmo es la falta de paz en el mundo que rodea a ese
corazón.”
“El corazón que es egoísta y ambicioso se opone al bien que otros
están tratando conseguir; aspira a metas egoístas y a más y más
poder. Esto está sucediendo en su País dentro de la Cámara de
Representantes por parte de quienes no reconocen el bien que se está
logrando y que proponen evitar que suceda nuevamente, a menos que ellos
tengan una participación más importante en ello. Líderes así no ven más
allá de su propia soberbia.”
“Hijos, no deben apoyar semejante pensamiento retorcido que sirve
para debilitar a su Nación en aras de la ambición egoísta de unos
cuantos. Los buenos líderes sirven a quienes representan, no a sí
mismos.”
Lean Efesios 5:6-1
No se dejen engañar por falsas razones: todo eso atrae la ira
de Dios sobre los que se resisten a obedecerle. ¡No se hagan cómplices
de los que obran así! Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz
en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la
luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que
agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las
tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia.

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