19 sept 2020

Mensaje Mensual: Sep 2020 Monte Faro Luz España: Solo Dios puede acabar con este virus, pero esta esperando que le pidais perdon...

 5 de septiembre de 2.020

Monte Faro de Luz , Valencia de Alcántara

Cáceres - España



El vidente habla con nuestra Madre:
Gracias Madre por estar aquí con nosotros, tantas cosas te están diciendo tus hijos, ayúdalos, pero fortalece sus corazones para que vayan todos al Sagrario de tu Hijo, tu Hijo de Amor que está abandonado en los sagrarios del mundo.


Ahora empieza el Mensaje
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en vuestras almas.
Meditad, hijos míos, a LUCAS, a mi hijo Lucas.
Todos los días, hijos míos, abrid el Evangelio para que amamantéis de la Palabra de mi Hijo, para que tengáis vida en vuestras almas; sed valientes, no tengáis miedo, el miedo es de Satanás.

 
Yo os dije al principio que esto lo ha traído Satanás y los hombres, pero mi Dios, vuestro Dios, está esperando que os pongáis de rodillas y pidáis perdón para que esta tormenta de maldad la elimine, y el único que puede eliminar todo esto, hijos míos, es vuestro Dios, vuestro Creador, mi Dios Creador.


Venid aquí a mi Casa de Faro de Luz, tantas gracias os doy. Mirad, hoy, como decís vosotros, sin comerlo ni beberlo, habéis tenido la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo en vuestros corazones ¡Qué grande, hijos míos! Pedidlo que se repita, porque si vosotros lo pedís Yo lo traeré a este hijo mío sacerdote y a muchos sacerdotes, pero os he dicho tantas veces que tenéis que trabajar por esta obra, no rencores, ni rencillas, ni mal humor unos con los otros, si queréis amor y tenéis amor tenéis que dar amor, dejaos de la hipocresía, hijos míos, porque el Demonio merodea los corazones de todos los hombres y quiere dividir, quiere apartaros de mi Hijo, del Amor de los Amores, no tengáis miedo, no seáis perezosos para vuestro Dios, luchad, llevad la Palabra de mi Hijo al mundo, no tengáis rencillas, vosotros esposos, esposas, hijos, hijas; mirad, en una casa cuando un hijo o una hija cree en vuestro Creador, mi Dios, vuestro Dios, y los demás no creen, vosotros tenéis que ser astutos, marchaos a una habitación solitaria y rezad y pedid por ellos, no tengáis mal sabores, no riñáis, no discutáis, no alcéis la voz, buscad la humildad, la humildad es la santidad, haceos como Yo me hice esclava de mi Señor, y vosotros también podéis ser esclavos, siempre cuando vosotros améis de verdad a vuestro Dios, mi Dios.
El caminar es largo y sufrido, tenéis que tener muchas cruces, pero esas cruces las miráis y las lleváis con amor y paciencia y la humildad será pequeñas cosas, pequeñas cruces, pero al final esas cruces que habéis pasado en el mundo en el Cielo será recompensada porque mi Dios, vuestro Dios, da el ciento por uno.
Acordaos, hijos míos, de los sacerdotes, mis hijos, por los obispos, los cardenales, pedid por ellos para que sean valientes y no estén divididos ¡Ay de aquellos que no lleven su Ministerio! Y también os lo digo a vosotros, si vosotros no hacéis las cosas bien en este mundo y no lo hacéis por amor a vuestro Dios Creador, todo será nada, por eso desde hoy, hijos míos, marchad al Sagrario, tantas veces os lo he dicho, id al Sagrario, buscad a vuestro Dios, hablad con vuestro Dios, meditad con vuestro Dios, alabad a vuestro Dios, a mi Dios, vuestro Creador.
Hijos míos el Monte es alto, y tantas veces os lo he dicho, mi Hijo de amor está al final en ese Monte alto con los brazos abiertos esperándoos, pero no miréis para atrás porque el mundo llena muchos corazones y no llegan a la cumbre, se bajan para perderse y al final ir al Infierno.
Os he dicho tantas veces que hagáis los primeros sábados de mes, ahora más que nunca, meteos en la oración, hablad con vuestro Dios, Él escucha y está esperando que vayáis a decirle tantas cosas, vuestras cosas, vuestros problemas, vuestras gracias, vuestras alegrías y vuestras lágrimas, Él siempre escucha y siempre da un aliento a todos sus hijos que le aman y que le buscan.
Esto es Faro de Luz, mi Casa, vuestra Casa, pero lo vuelvo a decir una vez más, vosotros hijos míos, esto se llevara a cabo si vosotros trabajáis con amor, prudencia, y estad todos juntos, nada de rencores, ni cóleras, sed justos unos con los otros, amables, ¿no habéis escuchado la Palabra de mi Hijo hoy, como tantos días la escucháis?, quitaos rencillas, quitaos malas cosas que tienen vuestros corazones, al Cielo se va la humildad, no va la pobreza de los corazones que están en estado de pecado, al Cielo no entra el pecado, hijos míos, entra el alma pura, y si vosotros queréis entrar en el Cielo tenéis que dejar el mundo, la soberbia, la avaricia, el yo; no os estoy regañando, hijos míos, estoy dando las enseñanzas que os traigo en mi Corazón en este día. Escuchad los mensajes, meditadlos y haced lo que los mensajes os dicen ¿Qué os dicen los mensajes de mi corazón? Amor, amor, amor, Sagrario, Sagrario, Sagrario, y vosotros tenéis que poner de vuestra parte, allí donde haya odio poned amor, donde no haya luz, poned la luz, tenéis que amaros porque si no os amáis el Cielo está lejos de vosotros.
Hijos míos, Yo vengo aquí a quereros y amaros y entregaros mi Corazón; sed fuertes, no seáis perezosos, la pereza es del Demonio, y llevaos bien, abrazaos, dejad estas cosas que el Demonio entra, que entra por los sentidos y acaba con el corazón hecho trizas.
Mi Dios, vuestro Dios, espera, os espera con los brazos abiertos, pero quiere corazones contritos, no más regaños, no más insultos; y ahora pedid mucho por tantas muertes que hay en el mundo por este virus, que lo han traído los hombres y el Demonio; tened en cuenta, como otras veces os he dicho, Dios no puede rezar, hijos míos, por aquellos, mejor dicho, pedid por aquellos que no son buenos, que no llevan lealtad, Dios está con el bueno, con aquellos que tiene corazones limpios; no tengáis miedo por este virus, y sed fuertes, porque mirad, si mi Dios, vuestro Dios se lleva las almas que mueren con este virus, son mártires, están salvados porque ninguno tiene culpa de esta muerte más que el hombre y Satanás.
Seguid viniendo a mi Casa de Amor, Yo os amo a vosotros mis hijos de España, a mis hijos de Portugal, a mis hijos del mundo entero, y no os olvidéis, hijos míos, de hacer los primeros sábados y los primeros viernes de mes, hoy necesita el mundo oración, es el momento. Mirad vengo vestida de blanco, sabéis que estos días son días de mi Corazón, Fátima, Guadalupe, tantas imágenes de virgen como vosotros decís en advocaciones distintas, Faro de Luz, vengo descalza, pero vengo con alegría, aunque mi Corazón tiene pena por tantos y tantos hombres y mujeres que se condenan al día por no amar a su Dios ¡Ay de aquellos que desprecian a su Dios! Y no digan Señor, Señor acuérdate de mí que soy un pecador y he pecado contra tu Corazón Divino; por eso vosotros tenéis que doblegaros y rezar más, más, y no tengáis pereza para ir a la Iglesia, hijos míos, cumplid con aquello que Dios, mi Dios, vuestro Dios, os ha puesto en vuestros corazones, amad a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Os amo, hijos míos, os amo; mirad, también os digo que está conmigo Teresa de Calcuta, Gregorio Magno que hace tres días que fue, además Yo pedí un día en un mensaje que se hiciera un cuadro para que lo tengáis vosotros, porque es vuestro director, vuestro protector; pues si podéis, hijos míos, hacedlo y traedlo aquí Conmigo. En mi presencia, Rosa de Lima, Clara, si hijos míos, Teresa de los Andes, Teresita del Niño Jesús, Teresa de Jesús, San Cleofás, San Ambrosio, los Apóstoles que están a mi lado, y tantos Ángeles que están aquí merodeando nuestros corazones, y os pido que pidáis a vuestro Ángel de la Guarda que mi Dios vuestro Dios os ha puesto para que guarde vuestros corazones de unos y de otros.
Imitad mi Corazón, fortaleceos con mi Corazón, hijos míos, seguid caminando, seguid amando y seguid viniendo a esta tierra, mi tierra a vuestra tierra, y os digo una vez más, amaos los unos a los otros porque sin amor no hay Cielo, con amor hay Cielo. Y ahora os digo adiós, hijos míos, porque ya la bendición la ha dado mi hijo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hijos míos adiós, adiós pequeños, adiós hijos míos…
Si podéis, como Yo os he dicho tantas veces, besad el suelo tres veces por los pobres pecadores y la conversión del mundo.
Adiós pequeños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario