“¡Queridos hijos! Oren conmigo para que todos ustedes tengan una vida nueva. En sus corazones, hijitos, saben lo que hay que cambiar: regresen a Dios y a Sus Mandamientos, para que el Espíritu Santo pueda cambiar sus vidas y la faz de esta tierra, que necesita de una renovación en el Espíritu. Hijitos, sean oración para todos los que no oran, sean alegría para todos los que no ven una salida, sean portadores de luz en la oscuridad de este tiempo turbulento. Oren y pidan la ayuda y la protección de los santos, para que también ustedes puedan anhelar el Cielo y las realidades celestiales. Estoy con ustedes y a todos los protejo y bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado.
“¡Queridos
hijos! Escucho sus súplicas y oraciones e intercedo por ustedes ante mi
Hijo Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Hijitos, regresen a
la oración, abran sus corazones en este tiempo de gracia y emprendan el
camino de la conversión. Su vida es pasajera y sin Dios no tiene
sentido. Por eso estoy con ustedes, para guiarlos hacia la santidad de
la vida, para que cada uno descubra la alegría de vivir. Hijitos, los
amo a todos y los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber
respondido a mi llamado. ”
“¡Queridos
hijos! En este tiempo turbulento en que el demonio está cosechando
almas para atraerlas hacia sí, los llamo a una oración perseverante para
que en la oración descubran al Dios del amor y de la esperanza.
Hijitos, tomen la cruz en sus manos. Que ella sea para ustedes estímulo
de que el amor triunfa siempre, especialmente ahora que la cruz y la fe
son rechazadas. Con sus vidas, sean ustedes reflejo y ejemplo de que la
fe y la esperanza aún están vivas y que un mundo nuevo de paz es
posible. Estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo
Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”
“¡Queridos
hijos! Este es un tiempo de gracia. Estoy con ustedes y los llamo
nuevamente, hijitos: regresen a Dios y a la oración hasta que la oración
se convierta en alegría para ustedes. Hijitos, no tienen futuro ni paz
mientras en su vida no inicie la conversión personal y un cambio hacia
el bien. El mal cesará y la paz reinará en sus corazones y en el mundo.
Por eso, hijitos, oren, oren, oren. Estoy con ustedes e intercedo ante
mi Hijo Jesús por cada uno de ustedes. Gracias por haber respondido a mi
llamado. ”
“¡Queridos
hijos! Estoy con ustedes tanto tiempo porque Dios es grande en Su amor y
en mi presencia. Los invito, hijitos: regresen a Dios y a la oración.
Que el amor sea la medida de su vida y no olviden, hijitos, que la
oración y el ayuno hacen milagros en ustedes y a su alrededor. Que todo
lo que hagan sea para la gloria de Dios; entonces el cielo llenará su
corazón de gozo y sentirán que Dios los ama y me envía a salvarlos y a
salvar la tierra en la que viven. Gracias por haber respondido a mi
llamado. ”
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