Extraído de libro Regla de Vida
Nuestro Señor Jesucristo:
No os desaniméis nunca de seguir a vuestro Maestro, por muy difíciles que se pongan las cosas. ¿Acaso no os dije que estaría siempre con vosotros? Entonces, ¿Por qué tenéis miedo? Si os fiáis de Mí, Mis Palabras deben daros la seguridad en vuestra vida de que no estáis solos, que Yo estoy presente en vuestra vida.
¿Por qué tiembla vuestro corazón ante las noticias de cada día? ¿No os fiáis de que Yo amo a vuestros hermanos? que estoy con ellos, que nunca los dejo, que su dolor y su sufrimiento es recogido por Mis ángeles y como ofrenda preciosa llega ante el Trono de Mi Padre. Dan Gloria a Dios por su fe, fuerte inquebrantable, que antes prefieren morir que renegar de su Dios, de su Amor, de su Amigo, al que tanto amaron en vida y que adorarán en comunión con todos los ángeles y santos en el Cielo. Que no se asuste vuestro corazón por la Gracia del martirio; es dulce y suave para el alma aunque cruenta para el cuerpo, pero el alma vivifica, alienta y tiene toda la fuerza cuando reciben la Gracia del martirio, para dar la vida entre dulces cantos de amor de Mis ángeles.
Yo he vencido la muerte y Mi Muerte os ha salvado de la desesperación y la angustia en estos momentos si os “abandonáis en Mi Amor”. Ésta es la clave, pues vosotros no podéis con ello, pero con Mi Gracia recibieron cantando, los mártires cristianos, la muerte por las fauces de los leones, cantando y ofreciendo a sus hijos al martirio por amor a su Dios.
¿De qué tembláis? ¿Por qué os asustáis tanto? Si Yo viví todo en Mi Cruz, para que ahora vosotros podáis vivir lo mismo que Yo, pero aliviados, reconfortados y sosegados por Mi Cruz.
Cuántas lágrimas vertidas y cuánta sangre derramada para vosotros y vosotros no os dais cuenta de todo esto, pues su muerte es para vosotros semilla de conversión y de aliento en vuestra vida cristiana. Si supierais esto daríais gracias a Dios por el martirio de vuestros hermanos, pues están redimiendo al mundo unidos a la Cruz de Cristo.
No os alarméis por las noticias que escucharéis de ahora en adelante, no os alarméis, pues Yo me preocupo por vosotros; siempre estoy con vosotros, nunca os dejaré solos, pero preparaos para vivir el mismo martirio que vuestros hermanos, pues el mal avanzará hasta no haber lugar en la Tierra sin sangre derramada. Es el final de los tiempos y debéis prepararos, hijos, para dar testimonio de vuestra fe en Mí, en vuestro Salvador.


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