3 de Mayo del 2019
Mensaje Público
Florencia.
Dios Padre bendiciendo con ángeles (Andrea della Robbia y ayudantes,
Tercer cuarto del s. XV. Museo dell'Opera del Duomo) B
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos Míos, he elegido estos tiempos para
acercarlos más a Mí. Deseo que sepan cuánto los amo. Por esa razón
les he impartido Mi Bendición Patriarcal. Ninguna otra generación ni
lugar ha tenido el privilegio de recibirla. Ahora, aprovéchenla al
máximo. Considérenme como un padre amoroso. No tengan miedo de Mí como
si fuera Yo un juez severo. Más bien, tengan miedo de sus pecados, los
cuales provocan Mi Ira. Tengan el deseo de agradarme. Yo estoy junto a
ustedes y deseo mucho su salvación.”
“Sean responsables del lugar en el que están ante Mis Ojos. No
desperdicien los momentos presentes que Yo les doy poniendo algún falso
dios antes que a Mí. Obviamente, me refiero a valores terrenales,
riqueza, reputación, poder. Todo lo que en el mundo es considerado de
gran valor no debe adueñarse de su devoción. No importa lo que los
hombres piensen de ustedes; sean fieles, amorosos y leales a Mí.”
“Estos tiempos son malignos y alientan al mal. Tengan cuidado de
lo que ustedes apoyan y a quién apoyan. Recen para que puedan tener
sabiduría. No confíen en aquello de lo que no están seguros. La
oración los guiará con sabiduría.”
Lean Deuteronomio 5:6-10
Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un
lugar de esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. No te
harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el
cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No
te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor,
tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los
hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y
tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen
mis mandamientos.
Eclesiástico 5:4-7
No digas: ‘Pequé, ¿y qué me sucedió?’, porque el Señor es
paciente. No estés tan seguro del perdón, mientras cometes un pecado
tras otro. No digas: ‘Su compasión es grande; él perdonará la
multitud de mis pecados’, porque en él está la misericordia, pero
también la ira, y su indignación recae sobre los pecadores. No tardes
en volver al Señor, dejando pasar un día tras otro, porque la ira del
Señor irrumpirá súbitamente y perecerás en el momento del castigo.
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