22 abr 2025

19 abr 2025 Vision

 VISIÓN DADA POR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
A LUZ DE MARÍA
SÁBADO SANTO
19 DE ABRIL DEL 2025
 
Me encontraba orando y de pronto Mi amado Señor me permite la siguiente visión:
 
Nuestro Señor me lo había anunciado, me permitiría acompañar a Su Madre Santísima.
 
Me sumergió Nuestro Señor en Jerusalén, de inmediato miré a Nuestra Madre Santísima, Ella lloraba y Su Corazón estaba destrozado, la rodeaban otras mujeres y de pronto llamaron a Juan quien cuidaba de la Madre Santísima. Alguien pronuncia el nombre de Lázaro y se acerca presuroso llamando a sus hermanas y a la Magdalena.
 
Salen del lugar  y escuchando el griterío Nuestra Madre se adelanta y mira  a Nuestro Señor Jesucristo  cargando la Cruz, flagelado y ensangrentado y Nuestra Madre siente su corazón latir a prisa y su cuerpo es invadido de un frío profundo, miro caer a Su Divino Hijo y sin pensarlo corrió hacia Él llorando.
 
Nuestra Madre abraza a Su Divino Hijo, los dos sintieron una daga en el corazón: la Madre consolando al Hijo y el Hijo consolando a la Madre, dentro de la gran tristeza del momento los dos dejaron de escuchar y ver cuanto les rodeaba, esa fuerza  mutua interior se alojó en ambos para que lograrán proseguir.
 
Los recuerdos afloraron en ambos en total armonía para luego llegar a la realidad del momento: dos Corazones en profunda Unión Mística que viven para cumplir la Voluntad del Padre.
 
La Madre que amamantó al Hombre Dios y le dormía entre Sus brazos, es quien le mira escarnecido por la traición del hombre.
 
Tenemos ante nosotros a la Madre del Divino Hijo, traspasada de dolor, un dolor que humanamente no se puede soportar, es una espada que lacera el Inmaculado Corazón de Nuestra Madre que en silencio profundo se entregó al Plan Salvífico de Dios.  Ella escucha a Dios que le habla en los momentos fuertes de la Pasión de Su Divino Hijo, Dios le habla  a Nuestra Madre en el silencio que guarda la Madre.
 
El Corazón Inmaculado  de la Madre se duele profundamente, tanto,que llega a sentir un dolor físico, que en momento siente paralizarse ante la dureza e impiedad de los perversos soldados romanos.
 
Nuestra Madre me permite ver su limpio Corazón nacido en el Amor de Dios y cómo padece por la dureza de la traición humana.  Nuestra Madre que no conoce de ira, de desobediencia, de desprecio ni de mentiras, no conoce de soberbia ni de competencias humanas y menos de primeros lugares, porque es el Vaso Cristalino, el Corazón Purísimo, la Inmaculada, nacida sin mancha de pecado original,  criatura humana elegida por Dios para ser la Madre de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo de Dios.
 
Así sentí dolores que desgarran el corazón hasta llegar casi a perecer. Nuestra Madre en varias ocasiones sintió que fallecía… ¡Es Su Divino Hijo al que llevan a la muerte de Cruz! Y Su Corazón totalmente lleno de fe aunque humano, tuvo que ser asistido por los Ángeles que la consolaron y la auxiliaron en  medio de tanto dolor.
 
Llega el Domingo de Resurrección y todo cambia con la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; el triunfo sobre la muerte, el dolor continua pero da un giro,  precisamente presentado como lo que es: el triunfo sobre la muerte.
 
Luego de la Resurrección el Corazón de la Madre sabe que Su Divino Hijo la verá y que cada paso es el Triunfo de la entrega en silencio y tristeza. Ahora Su Hijo ha vencido y le da a Sus hijos la Redención,  por sobre todo lo que se mueve.
Fiat Voluntas Tua.
 
¡Felices Pascuas de Resurrección!

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