25 de Marzo del 2019
Solemnidad de la Anunciación
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Yo preservé a la Santísima Virgen María
de toda mancha del pecado original. Su ‘Sí’ a Mi plan eterno la hizo el
vaso perfecto para la Encarnación de Mi Hijo Unigénito. Al cooperar
con Mi plan divino, Ella fue Mi instrumento perfecto y sigue siendo Mi
instrumento hoy día, pues intercede por todos los que invocan Su
Nombre.”
“Yo he confiado la paz del mundo a Su Inmaculadísimo Corazón. Ella
es el instrumento de todo esfuerzo sincero por la paz. La he puesto a
cargo de todos los ángeles y santos, quienes están todos a Su
disposición.”
“Ella es el tesoro de Mi Corazón Paternal. Está convocando al
Resto Fiel a unirse con Ella en la verdad. Hablo hoy en Su nombre, para
llamar a toda la gente y a todas las naciones a tomar como arma el
Santísimo Rosario; el arma propia de estos tiempos malvados. Cooperen
con la gracia que Ella está dispuesta a dar a todo el que vive en la
verdad. Yo honro Su intercesión, así como Ella honró Mi invitación a
aceptar a Mi Hijo en Su santísimo seno.”
Lean Lucas 1:26-31
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida
con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El
nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó,
diciendo: ‘¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo’. Al oír
estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía
significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: ‘No temas, María, porque
Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús’.
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