La Santísima Virgen María:
Coged la Biblia, abrid la Biblia, y tened abierta la Biblia en vuestras casas...
Formaros, hijos míos, grupos de oración, el mundo necesita de vosotros...
Luchad y llevad el Evangelio a todos aquellos que no tiene Luz, aunque os maldigan, aunque os pisoteen, aunque muráis por el Evangelio, sabed que los mártires van al Cielo...
Sed mártires vosotros, no mártires de que os maten, sino mártir de aquellos que se burlan, de que dicen que Dios no existe, que mi Hijo no fue Dios...
Jesucristo:
Hijos míos, ¿habrá fe en la tierra cuando Yo vuelva? El camino que llevan los hombres es la perdición...
Yo también lloro como mi Madre porque hoy, como aquellos tiempos que me crucificaron, los hombres están igual o peor, no buscan la Luz, no buscan el consuelo, solamente buscan el egoísmo, la riqueza, las matanzas, el poder, la agonía, y todo eso, hijos míos, con dolor de mi Corazón; si no hay arrepentimiento de verdad irán al Infierno...
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