Los códigos culturales profundamente enraizados, las creencias
religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos
deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas
religiosos tradicionales". La que habla es la aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, durante una conferencia sobre feminismo en el Lincoln Center de Manhattan.
Allí
la política -a favor del reconocimiento del aborto como un derecho de
la mujer-, criticó ante una derretida concurrencia que las
objeciones de conciencia fundamentadas en creencias religiosas están
detrás de la discriminación a las mujeres y a los homosexuales
-por, por ejemplo, la oposición de la Iglesia al sistema de salud de
Obama que obliga a financiar anticonceptivos y abortos- y que, por
tanto, deben ser eliminadas. "Los derechos deben existir en la práctica,
no sólo en un papel. Las leyes deben estar sustentadas con recursos
reales", continuaba la candidata. Tras defender la 'salud sexual y
reproductiva' (eufemismo para referirse al derecho al aborto) y la
financiación gubernamental de asociaciones como Planned Parenthood(la
mayor central abortista en Estados Unidos), Clinton criticó que haya
quienes "se erijan como líderes y prefieran dejar sin fondos a Planned
Parenthood".
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