4 de julio de 2.020
Monte Faro de Luz
Valencia de Alcántara
Cáceres - España
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi
Luz en vuestras almas.
Meditad JEREMÍAS, hijos, meditadle porque en ello sabréis la sabiduría de vuestro Dios, mi
Dios.
Mirad Yo estoy alegre porque estoy aquí con todos vosotros, mis hijos, que tantas veces habéis
venido a rezar a mi Corazón, aunque habéis rezado en vuestras casas, pero Yo os quiero aquí en
mi Casa de Amor.
Gracias, pequeños míos; también estoy triste y vengo de negro por tantos muertos, ¡tantos
muertos!, aunque son mártires, pero hay muertos que han muerto de su vida natural y algunos se
condenan, hijos míos.
El pecado está patente en el mundo, y si vosotros, hijos míos, que sabéis rezar y pedir, no rezáis
ni pedís por esos hijos míos que están desvariando, que están haciéndolo mal en el mundo, sobre
todo para sus almas, esto será un declive y vendrá todo aquello que mi Dios, vuestro Dios, ha dicho
que en el mundo pasarán cosas muy malas. Esto ha sido de los hombres, pero la Divinidad y lo
Divino será de otra manera, se asustarán los hombres cuando vean la Luz de su Dios, ya no podrán
retroceder ni pedir perdón, porque han tenido un tiempo del arrepentimiento, por sus gustos y sus
placeres y sus maldades se ven en el Infierno, hijos míos; aunque hoy no hablan del Infierno, no
les interesa hablar del Infierno, aunque muchos dicen que el Infierno está aquí y el Purgatorio; qué
va, hijos míos, el Cielo es Amor, Felicidad, el Infierno condenación para toda la Eternidad
sufriendo; el mayor sufrimiento que tienen estas almas que también eran mis hijos y los que son
ahora, es no ver nunca más a su Dios Creador, por eso, ¡alerta humanidad!, alerta porque estamos
avisando mi Hijo y Yo en el mundo de que el mundo se convierta y vayan a nuestros Corazones a
pedir perdón; pero Yo os digo que no solamente, hijos míos, es el perdón a mi Hijo y a Mí, sino
perdón con vosotros mismos, vosotros tenéis que perdonaos, tenéis que amaos, tenéis que quitaros rencillas, rencores y cóleras, no blasfeméis, hijos míos, no maldigáis, no juzguéis.
Hay muchos hijos míos predilectos que están aborreciendo y aborrecen a mi hijo el Papa; hay
sectarios, antes era mi hijo de su Creador, ahora son hijos del Demonio. ¿Quién son ellos para
juzgar a mi querido Papa, vuestro Papa? Sabéis que siempre cuando hay un Papa, no solamente el
Padre el que viene sino la Trinidad total el que hace el Papado.
Los hombres están agonizando en la maldad, no quieren la verdad, la caridad, la humildad. No hay
que juzgar, hijos míos, y menos a un santo de Dios, de mí Dios vuestro Dios ¿Por qué se empeñan
los hombres en hacer este mal? Los masones, por un lado, aquellos que están en contra de su
Creador, aquellos que tienen odio, aquellos que tienen poder, aquellos que no quieren a nadie.
Hijos míos, vosotros amaos, quereos, fortaleceos, Yo os dije una fecha 2060, 2035, tened en cuenta
estos números, porque estos números son del Cielo, no son de los hombres; convertíos, hijos míos,
tenéis el momento para estar siempre en gracia de vuestro Dios, mi Dios, que todo lo que salga de
vuestras almas sea bueno, sea de verdad; caridad, amaos, fortaleceos unos con los otros, y pedid
mucho que haya sacerdotes, que mande mi Dios, vuestro Dios, sacerdotes a la tierra, porque el
camino que lleva el mundo es la agonía, incluso de la Iglesia de mi Hijo, porque muchos de mis
hijos no producen ni llevan a sus hijos a su Dios.
Arrepentíos, hijos míos, venid a este lugar, mi Casa, vuestra Casa, que Yo os aliviaré, pedidme,
no os canséis de pedir, porque un día u otro mi Dios, vuestro Dios, hará eso que vosotros traéis en
vuestros corazones, siempre cuando sea bueno. Pedid para que no haya enfermedades, pedid para
que se unan las familias, pedid para que no haya abortos, pedid cosas buenas, no pidáis dinero, no
pidáis confort y no pidáis salud, dejad a Dios que sea Dios, que haga las cosas de Él, lo que quiera,
estáis regidos por Dios, mi Dios que os creó y tenéis que alabarlo, bendecirlo, arrodillaos.
Y eso
sí, cuánto a mi Hijo y a Mí, lo he dicho varias veces, nos gusta que toméis la Comunión en la boca;
id a la iglesia donde hijos míos dan esa Comunión en la boca, aunque esté lejos, pero marchad allí.
Nos agrada mucho a mi Hijo y a Mí; nadie, nadie en el mundo, puede coger a mi Hijo en sus
manos, aunque digan lo que digan; vosotros, hijos míos, si de verdad amáis a la Divinidad, id con
vuestra boca; la Iglesia no ha prohibido que se dé en la boca, y hoy en día la mayoría de mis hijos
no quieren dar la Comunión en la boca.
Enfermedades, que van a venir cosas malas ¿Cómo es
posible que hablemos? Yo también lo digo, me pongo porque soy Madre vuestra y si estuviese en
la tierra y tuviese que tomar la Comunión, a mi Hijo en mi Corazón, Yo lo recibiría en la boca, aunque Yo soy Gracia, aunque Yo soy Trinidad, aunque Yo soy la Hija y la Madre y la Esposa de
la Trinidad. Vosotros, hijos míos, fortaleceos y hacedlo, id donde os den la Comunión en la boca.
Muchos dicen por eso de las enfermedades, vosotros pensáis y muchos de vosotros que habéis sido
niños y ahora sois mayores, en vuestra juventud, ¿no habéis tomado la Comunión en la boca y no
ha pasado nada?, ¿vosotros pensáis que Dios, mi Dios, vuestro Dios, os va a enfermar; no, verdad?,
porque Dios rige los corazones de todos los hombres y quiere el bien; por eso no tengáis miedo
por este virus, hijos míos, el miedo es diabólico; el Demonio ha entrado en los corazones de los
hombres; si tuvieseis un poquito de fe, vuestro Dios, mi Dios, estaría con vosotros, y estará con
vosotros.
Id a Dios, no tengáis miedo, porque os digo, muchos han muerto santos, y no santos,
pero ya están allá disfrutando de las Moradas Celestiales, porque a ellos se los llevó una maldad
de hombre y la maldad del Demonio; no pudieron tener momento de decir: Señor; por eso mi Dios,
vuestro Dios, los ha llevado y los llevará a todos aquellos que de verdad mueren en esas
circunstancias mártires.
Ánimo, hijos míos, fortaleceos, no tengáis miedo, como mi hijo, ¿os acordáis de Juan Pablo II?
No tengáis miedo, id a Dios, buscad a Dios, confortaos con Dios, Él es la Vida, Él es el que da la
Vida y Él es el que la quita cuando Él quiere, por eso tened confianza en los Corazones de mi Hijo
y mi Corazón, el miedo es de cobardes.
Hijos míos, prudencia, pero no miedo; si Dios, mi Dios, vuestro Dios, os llama, bendito sea, porque
ya los que están morando en el Cielo ya están cantando el Aleluya a su Dios Creador; y nosotros
tenemos que merecer en la Tierra, los que quedamos, tenemos que hacer penitencia, oración,
sacrificio, ayuno, y os digo hoy al mundo entero que todos los días, hijos míos, todos los días a
una hora determinada, seis de la tarde, tengáis en vuestros corazones a todas esas almas que mi
Dios, vuestro Dios, se va a llevar al Cielo, porque esas almas cuando estén en el Cielo van a pedir
por todos aquellos que pidieron por ellos, rezad diez Ave Marías a las seis de la tarde, todos los
días, os lo dice vuestra Madre, Faro de Luz, al mundo entero; hacedlo porque así salvaréis a
muchas almas; también este mes tened en cuenta el día de mi santo, CARMEN, que Yo vengo al
Purgatorio a sacar miles de personas de mis hijos para llevarlos a las Moradas ya santificados.
Ahora hijos míos os quiero y os doy las gracias una vez más por estar aquí Conmigo.
Fortaleceos
en el amor, Sagrario, Sagrario, Sagrario; qué pena mi Corazón y el Corazón de mi Hijo estos meses
que han estado las iglesias cerradas y mi Hijo solo en los Sagrarios del mundo; pedid para que esto
vaya mejorando y no se vacíen las iglesias por el miedo de los hombres.
Ahora os digo adiós, hijos míos, y os da la bendición mi Dios Padre Creador, mi Hijo de amor, el
Espíritu Santo mi Esposo Santificador y Yo vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de
Luz, Faro de Luz, Faro de Luz. También quiero deciros, a estos hijos míos portugueses, que sigan
luchando y que no tengan miedo, Faro de Luz va con ellos, decidlo a todos aquellos que vienen
aquí y que van a venir, que su Madre les espera con el Corazón lleno de alegría, hijos míos, y de
bendiciones.
Adiós pequeños, adiós, hijos míos, adiós hijos…
Ahora nuestra Madre se dirige al vidente:
Hijo mío, mi pequeño gusanico, Yo te dije hace años que aquí se haría una casita para los
enfermos y aquellos que vienen de paso, emigrantes; Yo quiero que vosotros trabajéis por esta
obra, mi obra, para que se lleve a cabo, vosotros pedid al Corazón de mi Hijo y a mi Corazón
para que todo aquello que Yo dije y digo se haga, pero tenéis que ser muy buenos, humildes y
desprendidos.
Haced mucha oración para que los corazones se calmen y vean la verdad y para que este Santo
Lugar se cumpla pronto; tu pequeño mío sigue pidiendo y rezando por todos tus hermanos, sé
humilde, sé pobre, no quieras nada que no venga de esas manos generosas, para que tú con otras
manos, tus manos, ayuden al desamparado; pero vive la pobreza, pequeño mío, no tengas nada,
sé nada, sigue caminando en amor para el Amor.
Te quiero, hijo mío, sigue, Yo fortalezco tu
corazón, y mi Hijo te pone sus manos para que tu sigas este caminar y esta obra que es mía, Faro
de Luz, que un día en la carretera te puse ver y te dije todo aquello que sucedería en esta tierra;
empezasteis de la nada, ya sois muchos, ya conocen a Faro de Luz en el mundo entero, pero no es
cosa tuya, hijo mío, es cosa del Cielo, de mi Corazón, porque Yo a esta Tierra la quiero y quiero
aquí una Santa Casa para eso que os he dicho y te he dicho.
Tenéis que apoyaros unos a los otros e ir caminando a ese encuentro de un día estar unidos con
los pobres en esta tierra que es mi Tierra.
Adiós pequeño, adiós pequeño.
Ntra. Madre en Monte Faro de Luz
Pero Bergoglio dijo que no pertenece a la iglesia, que Jesús es hijo del demonio, alcahuete y fracasado... No entiendo!!!
ResponderEliminarAlexandra, ¿cuándo dijo el Papa esas cosas? Envíanos la fuente, pues esas no parecen palabras del Santo Padre. Recordad que estamos en tiempos de confusión y que hasta el mismo Papa puede verse afectado, por eso se nos pide continuamente oraciones y sacrificios por el Papa y por la Iglesia.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarQuien como Dios? Nadie como Dios!!!
ResponderEliminarRecemos por nuestro Papa Francisco ,por nuestra Iglesia Católica ,para que Dios y nuestra Madre Maria nos ayuden y que nos libren de todo mal.
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