Hoy os doy una gran coronilla de protección. Aquella alma que la ore con espíritu fe será arropada bajo los pliegues de mi Sagrado Manto y será cubierta y protegida bajo la capa de San Miguel Arcángel. Cuando os sintáis tentados, oradla.Cuando sintáis asedios del enemigo, oradla.
(Se reza en un rosario):
En vez del Padre Nuestro:
Ave María purísima sin pecado concebida, hija de San Joaquín y Santa Ana, es María Santísima.
En vez del Ave María (diez veces):
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.
En vez de Gloria:
V. Huid poderes malignos.
R. Venció Cristo el Señor.
Al final del Rosario, repetir tres veces:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi Vida y en mi corazón.
Amén.
Es una coronilla de protección, es una coronilla liberadora, es una coronilla que también os armará con la armadura de Dios. Unida a la coronilla de San Miguel Arcángel: satanás y ninguno de sus secuaces podrá acercársele al alma que las ore.
Esta coronilla debe ser orada desde el momento en que llegue a vuestras manos porque el tiempo de la tribulación ya ha dado comienzo; tiempo en el que satanás quiere llevarse consigo muchísimas almas a las profundidades del averno.
El enemigo no soportará, no se acercará al alma que la ore devotamente. La coronilla será orada en la Iglesia Remanente y en todos los refugios de este final de los tiempos. Refugios que también serán amparados por mi protección maternal, por San Miguel Arcángel ángel del final de los tiempos.
La Virgen María pide, en forma voluntaria (no es obligación), que los que recen la coronilla de protección, si quieren, la hagan de rodillas y con los brazos en cruz.
(1) Extraído del Libro de Revelaciones María Madre de la Iglesia, dado a Agustín del Divino Corazón, Colombia, año de Dios 2009
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