6 nov 2014

Mensaje 5 noviembre 2014 - España - El trigo y la cizaña

EL TRIGO Y LA CIZAÑA CRECEN JUNTOS PERO LLEGARÁ EL DÍA EN QUE SE SEPAREN QUEDANDO CADA UNO EN SU LUGAR

Hijos Míos, Mi Iglesia militante debe pasar tribulación y ser purificada de las malas influencias que tiene y que tendrán. Yo, Jesús, os hablo.

Pero esto no os debe asustar, porque si creéis en Mí como Su Fundador y el Salvador del Mundo, entonces debéis también creer que Yo salvaguardaré lo que fundé y que no abandonaré Mi Obra. Yo, Jesús, os hablo.

Sabéis que el trigo y la cizaña crecen juntos y que llegará el día en que se separen ambos quedando cada uno en el lugar correspondiente, y así, no habrá trigo en el lado de la cizaña, ni cizaña en el lado del trigo, porque a Mí el Poderoso no Me pondrán engañar, y aunque ahora a vosotros os puedan engañar, ¡a Mí no! Yo, Jesús, os hablo.

Pero Mis fieles seguidores deben tener aun más fe y aumentar sus actos de fe, de amor y de reparación. Cuando en una familia alguien enferma o va equivocado en sus decisiones, todos os volcáis para ayudarle a hacerle ver que se puede estrellar con sus ideas. Vosotros, hijos, debéis redoblar vuestras peticiones y vuestras oraciones porque no es suficiente lo que Me ofrecéis para que todo tenga un final feliz. Eso no quiere decir que no pasareis tribulación. Quiere decir que las penitencias y la oración suavizarán, y no poco, esa tribulación, porque Yo veré vuestras intenciones y deseos de colaborar Conmigo e intervendré allá donde vosotros no alcancéis. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, también os advierto que determinadas almas entre sacerdotes y seglares, muchos insertados en vuestras familias, padecerán más que otras, porque Yo he aceptado a la vista de sus disposiciones lo que Me han ofrecido, y esos ofrecimientos, Me darán mucha gloria cuando las tinieblas espirituales alcancen a multitud de almas. Por tanto, desead de corazón que la tribulación de Mi Iglesia sea suave y llevadera para todos, pero además aplicar a esta intención toda clase de actos de piedad. Yo, Jesús, os hablo.

Lo más insignificante que hagáis por ello, no se perderá, porque Yo no desperdicio, ni rechazo nada. Un Avemaría rezada aisladamente por esta intención, la tomo y la uno al más grande acto de reparación o petición que se haga. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.

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