EN EL CIELO ÁNGELES Y BIENAVENTURADOS ESTÁN DISPUESTOS A AYUDAROS SI ACUDÍS A ELLOS
Hijos Míos, la lucha encarnizada
que libráis con Satanás a menudo, durará hasta el último instante de vuestra
vida. Yo, Jesús, os hablo.
Pero el amor y la ayuda de Mi Santa
Madre y la Mía, también la tendréis hasta el último instante de vuestra vida, y
lo mismo la ayuda de vuestro Ángel Custodio. Esto lo sabe Satanás muy bien,
sabe que le permitiré tentaros hasta el final de vuestra existencia, pero
también sabe que si a vosotros os puede vencer, ni a Mi, ni a Mi Madre, lo
logrará jamás, por eso, vuestra unión con Nosotros, debe ser cada vez más
estrecha y más auténtica, porque si no estaréis desamparados ante la tentación
y las asechanzas del Maligno.
Todo el Cielo, tanto Ángeles y bienaventurados,
están dispuestos a ayudaros si acudís a ellos, porque todos quieren vuestra
salvación eterna, y hacen Mi voluntad eternamente. Por eso, tenéis que acudir a
ellos, a vuestros santos patronos, porque también todo el Infierno desea
perderos eternamente y es una batalla que os ha tocado vivir en la vida y que
tenéis que ganar con Mi gracia. Satanás se disfraza de bien y ahí es donde es
difícil advertir sus insidias, por eso, debéis de tener el alma limpia de
pecado para que veáis con más claridad y discernimiento con los ojos de la fe,
lo que es bueno realmente y no un mal camuflado de bien, y lo que es malo ciertamente,
y así, poder ganar la batalla. Yo, Jesús, os hablo.
La vida comparada con la eternidad
es muy corta y esto lo tenéis que asumir. Parece que mientras sois jóvenes tenéis
mucho tiempo por delante, pero no es así. Hijos ¿no veis Mis deseos y Mi afán
por abriros los ojos y llevaros por caminos de salvación? Tenéis los sacramentos
que se os han dado como armas para la lucha. Tenéis tantas y tantas devociones
que también os protegen, cargadas de promesas e indulgencias. Tenéis las
lecturas y testimonios de Mis santos verdaderos, pero no os animáis a
reconvertiros, y dejáis pasar el tiempo, malogrando muchas gracias y bienes que
serian eternos. Yo, Jesús, os hablo.
Meditad estos mensajes y no los leáis
con prisas, ni de corrida. Meditadlos y ponedlos en práctica. Paz a todo aquel
que leyendo estos mensajes los creen y los ponen en práctica.
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