3 de Enero de 2.015
Monte Faro de Luz,[Valencia de Alcántara (Cáceres) ESPAÑA
Monte Faro de Luz,[Valencia de Alcántara (Cáceres) ESPAÑA
Ntra. Madre comienza su mensaje:
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en vuestras almas.
Gracias, pequeños míos, una vez más por estar aquí en mi Casa de Oración, Faro de Luz.
Mi Corazón se ensancha, hijos míos, viéndoos a todos pedir y rezar por los pobres pecadores y por vosotros mismos.
Meditad, hijos míos, HEBREOS.
¡Cuánto dolor tiene mi Corazón, hijos míos porque hay hombres malvados que quieren aniquilar a vuestro Papa! Se están reuniendo, hijos míos, en tres naciones, muchos hijos míos, algunos sacerdotes, hijos de mi Corazón. No les gusta el Papa, no quieren la sabiduría del Papa, no quieren la bondad del Papa, no quieren la santidad del Papa, y están como lobos feroces para aniquilar a este hijo mío puesto por la Santísima Trinidad para ser el Papa de todos los hombres del mundo. Qué pena me dan estos hijos míos que se están yendo al Infierno porque no tienen corazón, no tienen el alma limpia, y solamente se dedican a hacer daño y estragos a los humildes.
Vosotros, hijos míos, de aquí y de todo el mundo, Yo os digo que pidáis mucho por el Papa, por el Papa mártir, vuestro Papa; pedid mucho por él, él es mi Hijo en la tierra.
Hijos míos, tened cuidado también, hijos míos, como tantas veces os he dicho, con Satanás; Satanás se filtra por los sentidos, es muy astuto, hijos míos, y hasta que no coge a la presa y la lleva a su redil no se conforma. Por eso, hijos míos, vosotros que sois de mi Hijo, haced oración, haced penitencia, haced ayunos, y también llevad el Evangelio en vuestros corazones para llevárselo a otros hermanos que necesitan de su Dios, mi Dios, vuestro Dios.
Ya os dije varias veces que a mi Hijo y a Mí nos gusta que toméis la Comunión en la boca. ¡Cuánto, hijos míos, cuántos pecados se cometen al coger el hombre a mi Hijo en las manos! Sacrilegios, porque hay sectas, hijos míos, que compran a mi Hijo para hacer misas negras; y hay muchas misas negras, hijos míos. Vosotros haced, hijos míos, un acto de reparación siempre por aquellos que hacen sacrilegios a mi Hijo de Amor, a vuestro Dios.
Sed perfectos en la oración, no tengáis pereza, id al Sagrario, mi Hijo os espera, hijos míos. Cuántas veces os lo digo aquí y en todo el mundo: sin Dios, mi Dios, vuestro Dios, no sois nada, nada, hijos míos; por eso tenéis que amamantaros con el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo y tenerlo siempre en vuestras almas, porque Él mora y os da la vida siempre cuando vosotros queráis y pidáis este misterio de Amor, de Verdad y de Vida.
Él es el que os salva, hijos míos; y subid al monte, hijos míos; pero subid de verdad donde está mi Hijo crucificado con los brazos abiertos esperándoos a todos para que Él con mi Corazón os llevemos un día al Reino de los Cielos. Pero caminad al monte, seguid, no miréis para atrás, ni digáis: ya no puedo más, porque la Cruz, hijos míos, es la de mi Hijo, Él lleva la Cruz de todos vosotros, vosotros las cruces que lleváis, es muy pequeña, muy pequeña, porque si tuvierais fe, hijos míos, con mirar al cielo… Implorad a vuestro Dios: “Dios mío, dame más Cruz porque esta Cruz es mi salvación”.
Por eso os digo, hijos míos, que viváis en amor y tengáis amor para aquellos que están a vuestro alrededor; sed fieles unos con los otros; y pedid mucho por tantas separaciones matrimoniales que se han hecho en la Iglesia y que se rompen por las mentiras, los odios, el dinero. Eso, hijos míos, es de pena, porque mi Dios, vuestro Dios, un día los bendijo y les dio el trono del cielo, como llamáis en la tierra, un trocito del cielo; sed fieles, hijos míos; y muchos matrimonios que ya no están unidos, que están con otras personas, otros hijos míos, mirad al cielo y no vayáis y comulguéis, porque estáis en grave estado, hijos míos, y en el Cielo no entra el pecado, hijos míos, sino la pureza. Sed, hijos míos, puros, porque vuestro Dios os quiere puros; sed fuertes, hijos míos, y venid a esta Casa, mi Casa de Oración, Faro de Luz; aquí estoy Yo siempre con mi Hijo para daros nuestros Corazones; no os olvidéis del agua, llevadla, porque ya se han hecho muchos milagros de cuerpo y de alma.
Sed fieles a todo aquello que mi Corazón y el Corazón de mi Hijo os dice, y venid contentos y alegres y pedidme, pedid a mi Corazón que Yo estoy siempre con vosotros; no os preocupéis,Hijos míos, del mañana, del tener y poseer, sino preocuparos de la salvación del alma, porque en el Cielo, hijos míos, no entran cacharros, como decís vosotros, ni oros, ni comida, ni vestidos; en el Cielo entra el alma, el alma limpia, trasparente.
Yo fui la esclava del Señor, mi Señor; cuando se presenta el Arcángel Gabriel, Yo le dije, ¿qué es esto?, y solamente cuando el Arcángel me dijo aquello, que Yo iba a ser Madre de Dios, Yo le dije: “aquí está la esclava del Señor” ¿Qué más vosotros, hijos míos? Tenéis que hacer lo mismo: “aquí está la esclava del Señor, o el esclavo, para hacer la voluntad de mi Dios”.
Haceos como niños, sed serviciales unos con los otros, entrad en los corazones que están rotos, que no entienden ni quieren entender a ese Dios, mi Dios vuestro Dios, que da la vida y que os salva.
Hijos míos, Yo soy Faro de Luz, Yo doy Luz, y esta Casa será Casa Grande para todos mis hijos, y Yo traeré a mis hijos a rezar Conmigo en este lugar.
Id caminando por el mundo, no os avergoncéis del nombre de mi Hijo Jesús; seguid caminando y llevando el Evangelio a todos los rincones del mundo; Yo os amo tanto, hijos míos, y os digo una vez más: el agua del arroyo cura, sana, y Yo con mi Corazón os lo entrego a todos vosotros a vuestras familias, a vuestros hijos, a todos. Llevad siempre en vuestro corazón mi Corazón Inmaculado, que Yo con mi Manto os arropo a todos y os llevaré siempre a esas alturas, como antes os dije, de las Moradas Celestiales con mi Hijo de Amor, mi Señor, vuestro Señor, para toda la Eternidad.
¡Alerta humanidad! 2060, hijos míos, 2060.
Ahora, hijos míos, os bendigo, pero antes os bendice como siempre, mi Dios Padre Creador, vuestro Dios Padre Creador, mi Hijo Salvador, el Espíritu Santo, mi Esposo, y Yo vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.
Adiós, hijos míos, adiós pequeños, adiós, hijos, adiós.
El vidente hace esta oración a la Madre:
Te pido Madre por todos mis hermanos de aquí de Faro de Luz que me dicen que te pida a Ti, Madre, por ellos, por sus familias, enfermedades; yo te lo pido, Madre, por todos, sálvalos, Señora, sálvalos y cúralos, Tú lo puedes, Tú puedes hacerlo, Madre. En mi nada, en mi pequeñez, yo te suplico que le pidas a Tu Hijo por todos estos hijos tuyos y aquellos que están en otros lugares del mundo, que vean tu Corazón en sus corazones.
Adiós Madre, adiós Madre, adiós.
Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.
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