¡LOS NIÑOS DE DIOS SON NUESTROS NIÑOS!
Habla Dios Padre
Mis Pequeños, no seáis tontitos y creáis
que vuestros países por mandar soldados con armas y arrojar bombas
están ayudando. ¿Así os ayudáis unos a otros, bombardeando vuestras
ciudades? ¿Así os ayudo Yo, Mis Hijos?
Si quienes
dicen ayudar tuvieses un buen deseo abrirían sus fronteras para
albergar a quienes se han quedado sin hogar y los sentarían a sus mesas.
Después de haberlos desplazados de los territorios que ellos quieren;
los apresan, los aprisionan como a animales de cría para dejarlos morir
de hambre, de peste y de guerra.
¡No seáis ingenuos, Mis Hijitos, que son guerras de exterminio las que os están haciendo!
y lo que pretextan es absurdo. Ninguno deberá inmiscuirse en lo que
estos gobiernos de los Últimos Tiempos hacen, porque es iniquidad sobre
iniquidad, impiedad sobre impiedad y, mientras tanto, vosotros estáis impasibles acostumbrándoos a ver con indiferencia las más atroces matanzas. ¿Qué no lo veis? ¿Qué no os importa vuestro prójimo? ¿Acaso creéis que vuestros hijos valen más que aquellos que están mutilando y matando por quitarles territorios? ¿Creéis que vuestros ancianitos son más que los de estos pueblos? ¿Qué sus mujeres son menos mujeres que las vuestras?
¡No
parpadeáis en asombro de lo que el Maligno instiga a hacer y os quedáis
como si fueseis seres desalmados viendo con mirada vacía de compasión y
de corazón estos genocidios que se suscitan por distintos lugares del
mundo! ¿No os conmueve, Mis Pequeños?
Protestáis si os suben el precio de la
leche o por si no podéis endeudaros más con vuestras tarjetas de crédito
y comprar un automóvil de último modelo; pero si echan bombas sobre
ciudades y matan a Mis Hijos eso…eso NO OS INCUMBRE, NO OS IMPORTA…
¡Estáis idiotizados con vuestras modas y
programas televisivos, con vuestras máquinas de tecnología y no veis lo
que sucede a vuestro derredor!
LA DECEPCIÓN QUE SIENTO AL VEROS ASÍ ES TAN GRANDE, MIS PEQUEÑOS, TAN TREMENDA; QUE YA NO ME QUEDA NADA POR DECIROS POR AHORA más que si seguís por la ruta que habéis elegido, no reclaméis cuando os encontréis donde nunca os quisisteis imaginar llegar.
Y sépanlo, Mis Hijos, a aquellos que son victimas de esta avaricia desmedida os arroparé con Mi Amor y Misericordia pero ¡Ay de aquellos por quienes sufren Mis Pueblos! (que son todos los pueblos de la tierra, porque a todos os He Creado, aunque No Me Reconozcáis).
¡No entienden, Pequeña! ¡MI PUEBLO NO ENTIENDE!
(Siento
como Dios Padre está hastiado de estar constante y crecientemente
decepcionado por los hijos del hombre. Es mas allá de enojo, ¡es
hastío!)
Como
cuando el papá corrige al hijo, pero este sigue en la desobediencia,
retando a su padre: hasta que éste ya harto y dando un portazo detrás
de él, le dice: ¡Haz lo que quieras!
Testimonio
de una niña desplazada (cuando encontré esta entrevista me llené de
esperanza para el futuro). De nosotros depende que estos pequeños
lleguen a desarrollar esa semilla que ya tienen en su alma. Ante la
pregunta: “¿Y yo qué puedo hacer?” Decía la Madre Teresa de Calcuta “El
que salva un alma salva al mundo”. Busca un niño necesitado, y de hoy en
adelante cuida de él o de ella como si fuera tu propio hijo. No
desatiendas este llamado del Cielo porque “Sólo el que es Misericordioso
recibirá Misericordia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario