No solo dejáis los compromisos espirituales que a lo largo
del año tenéis, sino que muchos de vosotros no vais ni siquiera a Misa los
domingos. ¿Qué os parece si os hicieran eso en el pago de las nóminas? ¿Os
gustaría que no la cobraseis por ser tiempo de vacaciones? El culto a Dios debe
ser continuado y estable. No puede estar condicionado a los cambios de estaciones,
de ánimos, ni a las pruebas que os sobrevengan. Debe ser fijo, y tanto si os
mueve el sentimiento como si no, el culto a Dios debe ser firme y sólido.
No podéis tomaros vacaciones en las cosas de Dios ni
en los Mandamientos. No podéis decir hoy no me apetece ir a Misa porque estoy
muy cansado o tengo mucho calor. A Dios hay que amarlo y darle lo que le corresponde
por encima de nuestras limitaciones, ganas o desganas y sobre todo por encima
de las circunstancias. Y si vosotros en el trabajo cumplís con ello y vais a
trabajar a veces con dolencias o malestar, a Dios se le debe dar culto en todo
momento, y los primeros en beneficiarse seréis vosotros, porque Su gracia será
fluida constantemente. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Esto va también para las madres que no mandan a sus
menores a la Iglesia a la celebración de la Santa Misa. Ellas no van y encima
impiden que sus niños lo hagan. No podéis educar de esta manera a los menores
porque los hacéis vulnerables a las cosas que son necesarias en esta vida y que
no tienen que depender ni del estado de ánimo, ni de las circunstancias.
Inculcad a vuestros hijos la responsabilidad en todo,
y recogeréis buenos frutos, pero si los inculcáis a la vagancia, a hacer las
cosas por las ganas que se tengan de hacerlas y no porque deben ser hechas por
deber hacia Dios, entonces estáis educando muy mal a los chicos, que se harán
hombres y mujeres veleidosos ante las adversidades de la vida. Y lo mismo que cuando no quieren comer les
obligáis a que tienen que estar bien alimentados, lo mismo en las cosas del
alma, porque a vosotros padres y madres se os pedirá estrecha cuenta de cómo educáis
a vuestros hijos. Yo, Espíritu Santo, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel
que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
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