4 de Junio de 2.016
Monte Faro de Luz
[Valencia de Alcántara (Cáceres)]
SANTA MARÍA
Pequeños míos, hijos
míos, paz tengáis en vuestros corazones y luz de mi Luz en
vuestras almas.
Meditad, hijos míos, a
DANIEL en este mes.
Escribe, hijo mío:
Ramón, hijo mío, tu
madre ya está en las Moradas Celestiales; Angelines,
Juan, tenéis que rezar mucho, pero están salvados. Antonio,
Andrés, Faustina, ya están en la mesa de mi Creador, vuestro Creador.
Tenéis que rezar
mucho por las almas del Purgatorio, hijos míos, hay
muchos que van a estar mucho tiempo allí, pero con las
oraciones vuestras y de vuestros corazones podéis sacar las
almas, hijos míos; la oración lo puede todo, hijos míos ,y Yo,
vuestra Madre, todos los días bajo al Purgatorio a llevar a las
almas de mis hijos a mi Creador, a la Mesa Celestial; hacedlo, hijos
míos.
También vosotros tenéis
que pedir por vosotros, ir a las iglesias y poner vuestros nombres
para que el sacerdote diga vuestros nombres. Hoy es un día grande,
hijos míos, para el mundo, para mi Corazón Inmaculado; mi Corazón
con el Corazón de mi Hijo vamos a triunfar pronto, vamos a estar en
la tierra pronto, pero antes, hijos míos , tenéis que pasar
purificación, los días de tiniebla y, como el mundo ha dado la
espalda a su Dios, vosotros, mis guerreros, mis polluelos, tenéis
que rezar por aquellos que no quieren a su Dios.
El mundo dice que está
mal, el hombre habla: tragedia, qué pasará?, qué está pasando?, y
no se dan cuenta ,hijos míos, que no se le puede dar la
espalda a su Creador, mi Creador; vosotros tenéis vuestros
corazones limpios, por eso vengo al mundo a daros estas
catequesis, para que vosotros os amamantéis de ella y la
pongáis en práctica: oración, oración , penitencia,
penitencia; mas os dije hace tiempo que cogierais un día
para el silencio; coged el día que queráis, hijos míos,
hacedlo; ¡ cuántas almas podéis salvar en el silencio de vuestros
corazones solamente con la mente puesta en vuestro Dios mi Dios!
También os digo, como otras veces os he dicho, que meditéis la
Pasión de mi Hijo, veréis que alegres al final vais a
estar, porque vosotros mismos, como Yo un día aquél día
iba detrás de mí Hijo con la Cruz en mis espaldas
también; pero vosotros, hijos míos, que tantas veces
decís que tenéis cruz, no, hijos míos, la Cruz la
llevó mi Hijo. Vosotros amamantaos de su Corazón, y
cuando tengáis penas, tribulaciones o desesperación, coged
la Cruz de mi Hijo y llevarla en práctica: "Jesús, por
tu caída, Jesús por tus llagas, Jesús, por tus azotes, Jesús,
por tu crucifixión, Jesús, te amo, te amo, te amo, dame Luz y
fuerza para llevar esa pequeña cruz que digo yo o que me las hago
para ser feliz con tu Cruz, con tu Amor, con tu todo. Decid, hijos
míos, “Jesús te amo” cincuenta veces al día, veréis que
felices vais a estar al final. Mi Hijo es Amor, Yo soy Amor, y
queremos que nuestros Corazones estén llenos; están llenos de tanto
amor para daros..., venid a nuestros Corazones, hijos míos, y
veréis qué dulces van a estar vuestras almas. Buscad, hijos
míos, a vuestro Dios siempre, Él consuela, Él da luz, Él
es amor y quiere el bien para todos, Él viene, vino a
morir por todos los hombres para que los hombres resucitaran
para el cielo, hijos míos. vosotros llevad siempre el Corazón
de mi Hijo en vuestras entrañas, haced un Sagrario para
que mi Hijo y la Trinidad estén siempre morando en vuestros
corazones. Hijos míos, id caminando siempre en silencio, pero
con fuerza amando siempre a vuestro Dios.
Pedid mucho por
esas madres que quieren abortar, esas pobres hijas
mías que están desorientadas, que a
veces por los vicios y otras veces por engaños no saben
lo que hacen, por eso ahí está la oración hijos míos, para
salvarlas; vosotros tenéis que rezar mucho por ellas para que no caigan en esas
te tentaciones; Yo lloro mucho por estas pequeñas mías,
hijas de mi Corazón; crímenes al fin y al cabo, es el odio y la
perversidad que a mi Dios, vuestro Dios, no le gusta, pero El está con
los brazos abiertos esperando que vayan con un perdón, Él está
esperando a todos sus hijos e hijas que hacen daños en el mundo.
Mirad, ya os dije tantas
veces que recéis por los que odian, por los que matan, por aquellos
que de verdad no saben lo que hacen, son mis hijos, y
vosotros tenéis obligación, como mi Hijo perdonó y perdona, a
pedir perdonar a todos estos hijos que llevan mala vida.
Sed, pequeños hijos
míos, sed nada, buscad el Evangelio de mi Hijo, llevadlo y
ponedlo en práctica aunque os
llamen, como decís en la tierra, “eso ya no se lleva,
son tonterías creer en Dios, si Dios no existe”.¡
Pobrecitos, mis hijos!, como decís aquí,” que chasco se van a
llevar”.
Pero aquí vengo Yo, como
en todos los lugares del mundo, a pedir por la salvación del mundo,
y vosotros aquí, como en cualquier sitio del mundo que digo lo
mismo, rezad, penitencia, oración, Sagrario, Sagrario, Sagrario,
para que todos se salven.
Hijos míos, odiad
mucho a Satanás, el maligno Satanás, hijos míos, el que
está destruyendo al mundo con los placeres que trae, con las
miserias que trae , que a veces los hombres, mis hijos, dicen que son
regalos muy hermosos y que se está mejor haciendo el pecado. Hoy el
pecado es virtud y la virtud, hijos míos, es pecado.
Volved, hijos míos,
vuestros ojos a vuestro Dios, mi Dios, Él no falla nunca, Él salva
y viene a salvaros y está aquí salvándoos.
Creed en este Lugar
Santo, como en tantos lugares santos en el mundo que Yo me
aparezco, y esto es el camino, la verdad solamente tiene un fin:
amor, amor, amor, como vuestro Dios, mi Dios, os ama. Yo
también os digo que vosotros os améis, si hay amor, hijos
míos, entre las familias, no hay odios, ni rencores, ni
cóleras; la familia marchará por el sendero de la
virtud; vosotros llevad esto en vuestros corazones, si tenéis
algo con alguna persona, un familiar, un hijo, un padre;
humillaos y pedid perdón, que ese perdón, vuestro Dios, os
perdonará; si no hacéis esto, hijos míos, no puede perdonaros
Dios, mi Dios y Señor; por eso dejaos de rencillas, cóleras,
insultos; dejaos de maldades; el que ama Dios tiene que amar al
prójimo, y eso es lo que os digo esta tarde: "amaos los unos a
los otros como mi Hijo, mi Dios, os ama siempre".
Quitadme las espinas de
mi Corazón con tantos sacrilegios que comete el hombre a mi Corazón
Inmaculado y al Corazón de mi Hijo. Ingratitudes, pero esos
hombres y esas mujeres son mis hijos y Yo con mi Hijo estamos
con los brazos abiertos esperándolos; venid a Nuestros Brazos,
hijos míos, que Nosotros os bendecimos y os tenemos en
Nuestros Brazos a todos. Buscad el aroma siempre de mi Hijo,
mirad al cielo, buscad los Ojos de mi Hijo, el Rostro de mi Hijo,
que siempre lo tendréis cuando lo pidáis.
Sed fuertes, hijos míos,
sed listos como las vírgenes listas; llevad siempre la lámpara
encendida que no tengáis que ir a buscar al esposo y no llevéis
lámpara; que siempre en vuestros corazones esté el fuego ardiendo
para cuando venga el esposo ir a las bodas del Cielo.
Hijos míos ,esto es
lo que os digo hoy: "amad mucho a los Corazones de mi
Hijo y el Mío; triunfaremos pronto; pero eso sí ,como al
principio os he dicho, vendrán días horribles, como estáis
viendo ya tantas cosas que están pasando en la tierra
que el hombre no quiere darse cuenta; tantos muertos, hijos
míos, tanta agonía, el éxodo de esas almas que son
víctimas del odio, de las tierras, del poder; por eso, hijos míos,
haced un acto de contrición y pedid por esos hermanos vuestros
,que podéis ser vosotros, hijos míos; dadle gracias, muchas
gracias a vuestro Dios por no estar en esas situaciones,
porque en cualquier momento puede venir al mundo la guerra
nuclear.
Sí, hijos míos,
vendrán cosas espantosas, ríos que se desbordan, los mares
que entran a las ciudades, que se llevará. Satanás
vendrá a coger la Silla de Pedro; tantas cosas verá el
hombre... Así y todo dirán: “esto es cosa de la naturaleza”.
Se están cavando su propia fosa. Por eso Yo vengo aquí a Faro de
Luz, mi Casa, vuestra casa, como en tantos lugares del mundo, a decir
una vez más: "pedid por los pobres pecadores, pedid por
vosotros, por vuestros hijos, por la unión de las naciones, en el
amor, en el estandarte de mi Hijo Corazón de Jesús, Corazón de
María”.
Ahora, hijos míos, os
doy la bendición, pero antes como siempre, mi Dios Padre
Creador, vuestro Dios Padre Creador, mi Hijo Salvador, el
Espíritu Santo mi Esposo Santificador, y Yo vuestra Madre
Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.
Adiós, pequeños míos,
adiós hijos...
Seguid con el Evangelio
en vuestros corazones, hijos míos.
Ntra. Madre en Monte Faro
de Luz.
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