MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
"Virgen de la Sonrisa. Teresa de Lisieux fue sanada de una enfermedad gracias a esta advocación."
“Queridos hijos, hoy,
cuando ustedes contemplan la vida de Mi Hija Teresa de Lisieux, Santa Teresita,
invito a todos ustedes a imitar el gran amor que Ella tenía por Dios y por Mí.
Aprendan con Ella a hacer las pequeñas cosas de la vida con gran amor, los pequeños sacrificios con
gran amor, las pequeñas oraciones con gran amor como Ella, para que sus obras
tengan un valor grande delante de Dios y así, como Ella, ustedes puedan elevar a
la humanidad, santificar a la humanidad, salvar, convertir muchas almas.
"Desde el Cielo haré descender una lluvia de rosas."
Dilaten sus corazones grandemente,
generosamente como Mi Hija Santa Teresita, haciendo de sus vidas un continuo “Sí”
tanto en los pequeños sacrificios cuanto en los grandes que Dios siempre les
pedirá y que la propia vida les llevará a hacer.
Aquella Mi Hija
Bienaventurada comprendió que no podría ser toda de Dios en el mundo. Que los
jóvenes comprendan la belleza del Divino Amor, la belleza de donarse, en darse
totalmente a Dios y a Mí, y que vean verdaderamente cómo la vida consagrada y religiosa
es el camino más fácil, más rápido y que más libra de los peligros del mundo para
que alguien llegue al Cielo.
Es el camino más rápido
para Dios, es el camino más rápido para el Cielo, ni siempre es el camino más
suave, pero es el camino más seguro, más directo, es el camino más fácil, más
rápido para el Cielo. Por eso, que vean cómo la vida religiosa verdaderamente
es un don que Dios sólo da a aquellas almas que “más ama”, “más prefiere” y “más
desea tener a Su lado" ya aquí en la tierra y después también en el Cielo.
Que
comprendan este
Amor Divino que inflamaba el pecho de Mi Hija Teresita y también de
todos los Santos.
Que comprendan la belleza de ese Divino y Eterno Amor que es Jesús, que
Soy Yo.
Que los jóvenes comprendan esta belleza, recen por ellos que tienen el
alma
ciega y que solo consiguen ver los placeres del mundo y no entienden que
aquellos placeres han matado sus almas día tras día siempre más y que
muchos de ellos ya
están muertos espiritualmente, para después cuando venga la muerte
espiritual solamente
completar su muerte eterna y su eterna perdición en el infierno.
Recen para que los
jóvenes comprendan que solamente en Dios y con Dios tendrán la verdadera vida,
la vida en abundancia del cual brota la verdadera felicidad y la verdadera paz.
Que las familias
vuelvan a producir Santos como la familia de Mi Hija Teresita de Lisieux, como
las familias de tantos Santos en el pasado que por rezar mucho, por tener una
gran devoción a Mí, fueron verdaderos jardines de tantas y tantas rosas
místicas de perfecto amor.
Que las familias
vuelvan a imitar a aquellas familias de los Santos, que vivieron cuando el
mundo no era tan culpable y tan perdido. Si las familias hicieren eso, volverán
a surgir muchos y muchos Santos, que con su vida inflamada de Verdadero Amor a
Dios y a Mí, iluminarán el mundo disipando las tinieblas de Satanás, llevarán a
millones y millones de Hijos Míos a conocer la verdad, a conocer al Dios
Verdadero, a amar a Nuestro Padre del Cielo, a amarme y por medio de Mí
llegarán al Cielo, donde brillarán como soles de justicia eternamente en el
Reino de Dios.
Yo rezo para que sus
familias recen y así, produzcan nuevos Santos para salvar a esta humanidad tan
caída en el pecado y tan dominada por Satanás y los espíritus de las tinieblas.
Mis Hijos, mañana es el
día de los Ángeles de la Guarda, recen más a sus Ángeles de la Guarda, denle
oídos a Ellos cuando les inspiran buenas ideas y cuando les inspiran para huir
del mal.
Si ustedes fueren
dóciles al Ángel de la Guarda, nunca, nunca pecarán, nunca perderán la gracia
de Dios. Si ustedes fueren dóciles a sus Ángeles, rápidamente crecerán en la
verdadera santidad que agrada a Dios.
Feliz el hombre que
confía, que ama a su Ángel de la Guarda, que vive unido a Él por la oración
profunda con el corazón, pues, sentirá en su vida muchas y muchas veces Su acción,
protegiéndolo, guardándolo y librándolo de todo mal.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días. En esta semana de la fiesta de Mi Rosario, derramaré
sobre ustedes que aquí juntamente con Mi Hijito Marcos, tanto rezan, tanto
aman y propagan Mi Rosario Meditado, grandes gracias que no daré a los que
desprecian Mi Rosario.
A todos bendigo con
amor: de POMPEYA… de FÁTIMA… y de JACAREÍ.
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