FIESTA
DE SAN GERARDO MAYELA
MENSAJE
DE SAN GERARDO MAYELA
“Amados Hermanos Míos,
Yo, Gerardo, Me alegro por venir hoy en el día de Mi fiesta para darles Mi
Mensaje.
Les amo con todo Mi
Corazón. Nunca, nunca amé tanto a alguien así como les he amado. Les protejo de
todos los males, les libro de todos los peligros y todos los días siempre más
les guardo en el Amor de Dios y de la Madre de Dios.
Sean, sean llamas
ardientes de amor por la Madre de Dios, lenguas de fuego, que verdaderamente la
aman con todo el corazón, con todo el alma, con todo el ser y todo hacen para
cumplir y hacer la Voluntad de Ella.
Sean llamas de amor,
lenguas de fuego, que adonde quiera que vayan y pasan, abrasan los corazones de
todos por el Rosario de la Madre de Dios y todo procuran hacer para que todos
recen el Rosario que es medio seguro de salvación.
Sí, Mi Rosario, Mi
Rosario podía mucho más de que mil sermones. Por eso, Yo lo rezaba
ardientemente todos los días, lo recomendaba a todos los pecadores y personas
que venían a tocar Mi puerta en el convento y no perdía oportunidad en las misiones,
yendo por las ciudades y aldeas, no perdía oportunidad de hablar de ello a
todos cuanto Yo pude. Les daba todos los Rosarios que podía y hacía con que
todos verdaderamente ardiesen de amor por el Santo Rosario y lo rezasen
fervorosamente.
Hagan también eso y verán
el milagro de la conversión, de la transformación de tantos corazones,
especialmente en este año que pertenece a Nuestra Reina Santísima, que es
consagrado a Ella y que será marcado por una gran y poderosa presencia de Ella
y de todos los Santos que más amaron el Rosario de Ella en la faz de la tierra.
Sean llamas, lenguas
ardientes de fuego, que adonde quiera que vayan, hablan del Amor de Dios, del
Amor de esta Madre, abrazándolos y reduciéndolos a la docilidad, reduciéndolos
a la pasión, a enamorarse por Ella y por medio de Ella, de Nuestra Reina, al
Señor, enamorarse por el Señor.
Y entonces, verdaderamente,
en este tiempo de gracia, ustedes verán cómo una gran primavera espiritual
cubrirá toda la faz de la tierra y las almas santas surgirán para dar a Dios y
a la Madre de Dios el amor que ellos tanto desean y procuran.
En Mí, el Señor y la
Madre de Dios encontraron aquel amor profundo, tierno, filial, sin intereses que
Ellos procuran por todo el mundo y no encuentran. Si ustedes quieren ese Amor,
puedo darles. Vengan por lo tanto a Mí, denme su corazón, deseen ese Amor con
todas sus fuerzas, suplíquenme ardientemente ese Amor y Yo lo daré, porque esta
gracia es la mayor Voluntad del Padre, será la realización de Su designio de
Amor y de la venida de Su Reino de Amor en la tierra.
Ustedes a quien Yo
tanto amo y que a cada día amo más y más, verdaderamente les he guardado, protegido
y librado de todo mal. Sean gratos a esta gran gracia que el Señor y la Madre
de Dios les ha dado aquí, dándoles sus corazones y viviendo únicamente para
darles: Amor, Obediencia, Fidelidad.
(Ahora San Gerardo
dirige sus palabras sólo al Vidente y a su padre espiritual):
A ti Marcos, Llama
incesante de Amor, nuevo “passerello di Dio”, nuevo loco de amor de Dios, nuevo
novio de la Inmaculada, a ti bendigo ahora abundantemente.
Y también te bendigo a
ti Mi Queridísimo y Predilectísimo Carlos Tadeo, que amo tanto, a quien he
ayudado, guardado, protegido, a quien también tengo la misión de guardar y
librar de todo mal.
A ti Hermano
Queridísimo, que tengo siempre delante de Mis ojos, cuya vida está siempre
delante de Mí, cuyo nombre nunca sale de Mis labios porque rezo, intercedo por ti
y defiendo tu causa en el Cielo noche y día sin cesar.
A ti que eres
verdaderamente un don, un regalo precioso de la Madre de Dios para Nuestro
Amadísimo Marcos, para serle apoyo, fuerza, compañero, amigo fiel. Para serle
verdaderamente refugio, luz. Para serle consejo, fortaleza y sobretodo, cariño
y amor en estos tiempos de tanta apostasía, de tantas tinieblas de Satanás,
cuando los Justos sufren tanto por ver la dureza de corazón de las personas, al
punto casi de desanimar en la batalla.
Sí, tu eres para él
todo eso y Marcos será para ti verdaderamente: apoyo, fuerza, compañía,
amistad, amor, cariño y sobretodo, será para ti señal del gran amor que la
Madre de Dios tiene por ti.
A ti Hermano
Queridísimo, bendigo, protejo, amo y te digo: “Ve adelante, no desanimes nunca,
estoy contigo. Tu cruz por ahora es pesada como fue la Mía, pero así como Yo
triunfé en el final, tu también triunfarás.”
Nunca te faltará Mi Gracia
ni Mi Amor, ni Mi auxilio y mientas Dios sea Dios, nunca te dejaré, nunca te
abandonaré, nunca te desampararé. Llámame en todas tus aflicciones, en todos
tus sufrimientos y allí estaré junto de ti para amarte, ayudarte y consolarte.
Eres Mío, Yo también
tengo parte de ti, o sea, Yo también te protejo, te guardo y Me fuiste confiado
por la Madre de Dios para acompañarte. Por eso, no temas, si en la tierra Yo ya
era tan poderoso para ayudar a aquellos que recurrían a Mí, millares y millares
de veces más lo Soy en el Cielo y te digo Hermano: “No hay otro a quien Yo amé más
y desee ayudar más de que a ti.”
En el amor de Mi
Queridísimo Marcos bien también sentirás el Mío, que a todo momento intentará
amarte, ayudarte y auxiliarte. Ve, descansa siempre en Mí, recuesta tu cabeza
en Mi Imagen y sentirás de Mí mucha paz, mucha esperanza, serenidad, alegría y
amor. Y en los Cenáculos habla de Mí, para que las almas sobretodo, los jóvenes
se enamoren por Mí y por medio de Mí se enamoren por aquella que Yo amé, a
quien di toda Mi vida, que era Mi dulce novia del Cielo, la Inmaculada.
Porque entonces,
enamorados por Ella, ellos darán sus vidas alegremente por Ella y entonces,
será el triunfo del Inmaculado Corazón de Ella en el mundo y vendrá finalmente
para el mundo, tiempo de felicidad, gracia perpetua de paz duradera.
(Ahora San Gerardo
dirige sus palabras a los Postulantes de la Orden de los Esclavos de Amor):
A todos y especialmente
a ustedes Mis Queridísimos Hermanos, que dejaron “todo” para ser todo de la
Inmaculada como Yo.
A ustedes que son la
continuación de Mi vida, son Mi continuación.
A ustedes que fueron escogidos
para ser todo de María, Su raza electa, Su descendencia real. Ustedes que
fueron llamados a habitar en el Palacio de la Reina, para entrar en sus aposentos reales y a comer con Ella en Su mesa.
A ustedes que fueron súper
amados, bendigo con amor.
Y a todos ustedes Mis
Amados Hermanos Peregrinos de este Santuario que tanto amo, bendigo: de MURO
LUCANO… de MATERDOMINI… y de JACAREÍ.
A cada hora que pasa,
amo más a Mi Predilectísimo Marcos y a su padre Carlos Tadeo. Sábado que viene,
volveré aquí con Lucía y con Nuestra Reina para darles un nuevo mensaje.
Amados Hermanos,
permanezcan en la paz del Señor.”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Mis Queridos Hijos, Yo
bendije estos Escapularios para que sean colocados en sus casas.
La casa que los tenga,
será como el Pueblo Israelita que tuvo la sangre del cordero en la puerta,
donde no entró el flagelo de Dios.
Con este Escapulario,
ustedes serán protegidos por Mí en los
tiempos del Castigo y los demonios no podrán entrar en sus casas para hacerles
mal.
Toda suerte de gracias
bajarán en las casas y lugares donde estos Escapularios estén.”
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