No sabéis
bien el poder inmenso que tiene San Miguel Arcángel contra el mal, y sobre todo
contra el Maligno, el cual lo teme. El es un poderoso Arcángel que defendió a Dios
en la batalla celestial y ahora defiende a las almas contra el mal satánico,
pero debéis tenerle devoción y dirigiros a él para que os ayude a vencer toda
clase de mal satánico. Amadlo tiernamente, que el amor que le tengáis a él no
quita gloria a Dios y el Cielo entero se alegra de que a este Santo Arcángel lo
améis y lo invoquéis constantemente. Yo, Jesús, os hablo
Editad cosas
sobre él, hacedle novenas y llevad su medalla. San Miguel es un gran protector
que el Cielo os pone y que vosotros hijos, debéis de valeros de su poder y amor
hacia Dios para vencer el mal infernal que tanto os acecha en estos tiempos.
Satanás
no puede soportar que lo invoquéis, no puede soportar que tengáis su imagen en
casa, no puede soportar que le tengáis devoción, pues aparte de la envidia tan
grande que le tiene, lo odia por la de almas que le arrebata por el poder que
Dios le ha dado contra él. Yo, Jesús, os hablo.
Que no
haya un Cenáculo, un acto de piedad, una peregrinación, un Rosario donde no se
le invoque, porque hijos, él vence al demonio con toda la facilidad del mundo,
dado que así lo ha dispuesto Dios Eterno. En el Cielo este Santo Arcángel es muy amado y
reconocido, porque su misión sigue siendo la defensa del Dios Altísimo, y por
eso, los demonios nada más que
pronunciáis su nombre huyen despavoridos dado que ellos perdieron la
batalla celestial gracias a la valentía y poder que Dios le otorgó a este Arcángel
en aquel momento, y El ahora sigue diciendo como siempre: ¿Quién como Dios? porque por nadie como por Dios se merece luchar y
pasar toda clase de vicisitudes, con tal de que gane Su gloria y Su Santo Nombre
sea glorificado. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
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