“Queridos Hijos, hoy,
invito a todos ustedes a aumentar y a crecer en el Verdadero Amor e intimidad
con el Padre en la oración.
Él solo revela Sus
secretos de amor a Sus Hijos y Amigos más íntimos. Para crecer en esa intimidad
con el Padre, no basta apenas desear. Desear es el primer paso, ustedes también
tienen que renunciar a su voluntad, su opinión y modos de pensar. Pues de lo
contrario, su mente no podrá estar completamente en blanco para que el Padre
imprima en ella Su Voluntad, Su Ley de Amor y también Su Verdad.
El corazón también debe
estar libre de los afectos mundanos, de los afectos desordenados de las
criaturas. Caso contario, el corazón no podrá estar vacío para que el Padre
pueda llenarlo con Su Amor, con Su Gracia, con Su Paz y al mismo tiempo con la
luz de Su Verdad Infinita, que llena el corazón de vida, de gracia y de
alegría.
Entonces, para que
ustedes puedan crecer en esa verdadera intimidad con el Padre, deben purificar
la mente y el corazón primero, para entonces crecer en esa intimidad. Después,
es preciso procurar al Padre así como un hombre sediento procura el agua en el
desierto.
Procurarlo sin
descanso, procurarlo con perseverancia en la oración profunda del corazón. Allí
es el oasis donde Dios quiere encontrarse con ustedes y allí abrazarles y
llenarles con Su Divino Amor. Procúrenlo y lo encontrarán. Entonces, Él les abrazará,
besará y el Padre revelará al hijo: Sus secretos, Sus sentimientos más
profundos del Corazón. Y entonces, ustedes y Él serán una sola Llama de Amor,
un solo corazón y los sentimientos del Padre serán los del hijo y los del hijo
serán los del Padre también. Y entonces, los dos en una comunión de amor vivirán
y ese amor entonces se irradiará y renovará la faz de la tierra.
Yo les invito a volver
a los orígenes, a las fuentes de la oración, de la conversión. En el año que
viene, ustedes celebrarán los 300 años del hallazgo de Mi Imagen, la Imagen de
Mi Inmaculada Concepción en las aguas del río Paraíba. Son tres siglos de amor
de Mi Corazón por Mis Hijos, pero de la parte de muchos de ellos no son tres
siglos de amor.
Muchos Me amaron es
verdad e hicieron mucho por Mí, pero muchos no Me amaron y aún no Me aman. Cuantos
sólo Me procuran cuando precisan de alguna cosa, mostrando un amor frío e
interesado. Yo procuro el Amor Verdadero, el amor de los hijos que luchan
Conmigo por la salvación del mundo, de los hijos que obedecen Mis Mensajes, de
los hijos que trabajan para tornar Mis Mensajes conocidos sin querer nada a
cambio, a no ser Mi Amor.
Un amor semejante al de
Mi Hijito Marcos, que hizo de Mí su todo, su tesoro y que hace 25 años Me
sirve, hace 25 años Me obedece, hace 25 años Me torna conocida día y noche por
su trabajo, por sus oraciones, por su apostolado siempre continuo y no desea
nada más de que amarme, amarme y amarme infinitamente.
¡Oh, cómo deseo hijos
así! ¡Cómo Yo deseo hijos que Me amen desinteresadamente! Es lógico que Yo
colmo de gracias la vida de los que Me sirven y es lógico que Yo recompensaré
con la Vida Eterna a aquellos que Me aman y Me tornan conocida como el propio
Espíritu Santo hizo decir de Mí en la Sagrada Escritura. Pero, cómo es bello el
amor de Mis Hijos que Me procuran, que Me buscan y que Me sirven tan sola y
únicamente por amor.
¡Cómo quiero ese amor!
¡Cómo busco ese amor! y ¡Cómo es raro encontrar ese amor en la humanidad tan
ingrata, interesada y dura de corazón!
Apresuren su conversión
porque el Padre está verdaderamente muy enojado con los pecados del mundo. Ya
no puede soportar más ver tantos crímenes, tantas injusticias, abortos,
pecados, blasfemias, sacrilegios y maldades por todas partes. Por eso es que
Él, para avisar a los hombres, permitirá que aumenten los tornados, las
inundaciones, los terremotos que ya se ven y se sienten por todas partes,
permitirá nuevas sequías, nuevas carestías, permitirá nuevas pestes hasta el
último castigo que será tremendo y formidable…tremendo y formidable.
Eso serán avisos del
Padre para que la humanidad se convierta y para que todos sepan que Él no está
muerto, que Él existe y que todos un día tendrán que dar cuentas de sus almas y
de las almas de los otros también, que han llevado al mal camino.
Por eso Mis Hijos, Yo
les digo: “Recen el Rosario, recen las horas santas que les di, porque esas
serán sus únicas salvaciones, será la única, la única oportunidad.” Un día
ustedes Me agradecerán por esas horas santas que Yo les di. Un día ustedes
alabarán el momento en que Yo les di esos tesoros, ellas serán la única
salvación. Por eso Mis Hijos, recen esas oraciones, recen esas oraciones con
amor todos los días, porque adonde esas oraciones sean rezadas, habrá Mi
protección y la Ira de Dios Padre no alcanzará esos lugares.
Dios Padre es un Padre
muy bueno y misericordioso, pero también es un Juez severo y si será terrible
caer en las manos de Mi Hijo, mucho peor será caer en las manos del Padre. Por
eso, recen, recen y recen Mis Hijos, porque el tiempo urge y ustedes continúan
paralizados en el mismo lugar sin avanzar en la conversión y en la santidad.
Conviértanse porque Mi
Corazón ya no soporta más el gran dolor y la tristeza que Yo siento al ver a la
humanidad siendo destruida implacablemente por Satanás, ayudado por todos los
que no rezan. Al ver la Iglesia siendo destruida por Mis propios Pastores, la
Sangre de Mi Hijo pisada, Su Palabra menospreciada y Su Honra y Gloria
aplastadas a los pies de los hombres.
¡Conviértanse,
conviértanse y recen Mi Rosario que es medio seguro de salvación!
(Ahora la Madre de Dios
se dirige sólo al Vidente y a su padre espiritual):
A todos Yo bendigo con
amor y especialmente a ti Mi Amadísimo Hijo Marcos, que hace tantos años Me has
servido con obediencia y amor, has trabajado para tornarme conocida y amada por
todos Mis Hijos.
Para ti valen aquellas
palabras de la Sagrada Escritura: “Los que Me aman tendrán la Vida Eterna. Los
que Me tornan conocida vivirán eternamente y no perecerán.” Sí Mi Hijo, hace 25
años Me has tornado más conocida y más amada por todos Mis Hijos. Por eso
tendrás la Vida Eterna, tendrás bella Corona de Gloria en el Cielo, Me tendrás
a Mí misma que Soy tu tesoro y tu herencia eterna y bienaventurados aquellos
que te siguen, te imiten y también te ayuden a tornarme conocida y amada,
porque a ellos también daré la salvación eterna, daré la Vida Eterna.
A ti también Mi
Amadísimo y Predilectísimo Hijo Carlos Tadeo, que tanto has trabajado por Mí.
Hoy te digo: “Gracias, gracias por todo lo que has hecho por Mí. Gracias por
tornarme conocida y amada. Gracias por traer a Mis Hijos a Mi Corazón. Mañana
es el día en que te doy un Mensaje especial, pero hoy quiero ya decirte:
“Gracias Hijo, estoy felicísima contigo, orgullosa de ti y en breve juntamente
con Lucía te daré un gran regalo, te daré nuevas gracias y realmente
transformaré tu vida en un mar de bendiciones y de gracias copiosas de Mi
Inmaculado Corazón.”
A ti, a Mi Hijo Marcos,
Mi tesoro en la tierra y la delicia de Mi Corazón y a todos Mis Hijos que Me
obedecen y Me aman, bendigo: de FÁTIMA… de LOURDES… y de JACAREÍ.”
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