22 mar 2017

Mensaje mensual Marzo 2017 : Monte Faro de Luz: España

4 de Marzo de 2.017
Monte Faro de Luz [Valencia de Alcántara (Cáceres)]



Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en vuestras almas.

 Meditad, hijos míos, a CORINTIOS, hacedlo, esos conocimientos que vais a tener de mi Hijo para vuestras almas.

 Hoy quiero que pidáis por toda Europa; sí, hijos míos, por toda ella, están dando la espalda a su Dios, el hombre tiene dos caretas, una la del Diablo y otra a mi Hijo, a su Dios. Vosotros, hijos míos, que estáis aquí, en mi Casa de Amor, como tantos hijos míos que están en el mundo donde Yo me aparezco, tenéis que hacer mucha penitencia. Sí, hijos míos, oración, Sagrario; tantas veces os lo he dicho: id al Sagrario donde mi Hijo os espera, llevadle vuestras penas, vuestras alegrías, vuestro amor.

Y vosotros, como tantas veces os he dicho, amaos, amaos, mi Hijo de Amor siempre está con vosotros, siempre que vosotros vayáis a Él y le digáis: “Jesús, mi Maestro, ayúdame, yo solo no puedo nada pero contigo todo será bien” Id a mi Hijo, hijos míos, Él no defrauda nunca, el que defrauda es Satanás, y pedid, hijos míos, por ese Hijo mío que tantos sacrilegio hace el mundo, se mofan de Él; ¿hasta cuándo va estar el hombre, sus criaturas, haciendo daño, haciendo tanto mal?

 Hijos míos, tenéis que vosotros salvar Conmigo al mundo, defended a mi Hijo, hablad de mi Hijo, no tengáis pereza para ir al Templo a donde está mi Hijo esperándoos; confesad, tomad su Cuerpo y su Sangre para que tengáis vida en vuestras almas; no tengáis rencores, ni rencillas, ni odios, ni mentiras; que vuestra alma sea un sagrario para mi Hijo, así, hijos míos, siempre seréis felices porque mi Hijo y mi Amor estamos con todos vosotros.
 

Pedid, hijos míos, todos los días la conversión, y ya os dije que vayáis al confesionario; pero no lo dejéis, id rápidos: Sí, hijos míos, más a menudo, no lo dejéis alargar; cuando tengáis algún pecado, hijos míos, grave tenéis que ir siempre corriendo a mis hijos los sacerdotes para que ellos os absuelvan y estéis después en Gracia de mi Hijo, vuestro Dios y Señor.

Amaos mucho, fortaleceos en la oración, llevad el Evangelio a todos los sitios donde estéis y hablad de mi Hijo, no tengáis miedo, mi Hijo es el que salva, no es el Demonio, pisoteadle, hijos míos, decidle: “fuera de mí, yo nada quiero contigo, solamente entra en mi corazón y mi alma mi Creador y Señor”.

Pequeños míos Yo soy Faro de Luz, Yo traigo Luz a todos mis hijos, a vosotros que estáis aquí, a los que no han venido y también al mundo entero, porque todos sois mis hijos y os quiero a todos.

 Educad sabiamente a vuestros hijos, pero llevad la sabiduría y la inteligencia y el Evangelio a esos pequeños que se hacen grandes que al final lleven todo aquello de mi Hijo en sus almas, le respeten, le adoren, le amen; no seáis perezosos, hijos míos, educad bien a vuestros hijos, y vosotros maridos y mujeres amaos de verdad, tened siempre las velas encendidas en vuestros corazones y así seréis luz en el mundo.

 Educaos en mi Iglesia, en la Iglesia de mi Hijo; id a la Iglesia, hijos míos, id allí, como al principio os he dicho, Sagrario, Sagrario, Sagrario; mirad hijos míos, esto pasa muy rápido, después, iréis a un juicio y ese juicio, hijos míos, Yo quiero que mi Dios y Señor, vuestro Dios y Señor, os abra de par en par las puertas de Cielo, porque habéis trabajado en la tierra con amor y en amor. Pedid mucho a mi Esposo el Espíritu Santo todos los días: “ven Espíritu Divino, enciende mi alma, dame la Luz que necesito para yo conocer los misterios de ese mi Dios Creador y Señor” Fortaleceos con el Espíritu Santo, mi Esposo, Él siempre seguirá, irá con vosotros a donde vosotros vayáis y le llaméis.

 La inteligencia, la luz, el amor, la fuerza, la esperanza, el perdón, la sabiduría eso es lo que tenéis que pedir, hijos míos; hoy el mundo está arrastrando maldades y están dando la espalda a mi Dios Creador, vuestro Dios Creador.

 Hijos míos, sacrificaos, como al principio también os he dicho, penitencia y también ayuno; y no seáis ricos, sed pobres, amad a la pobreza, amadla, hijos míos, la riqueza no lleva a nada; como tantas veces os he dicho, en el cielo no entran dinero, ni muebles ni vestidos, en el Cielo entra la pureza y eso es lo que tenéis que llevar, hijos míos, la pureza del alma. Y os digo una vez más que cojáis agua del arroyo, porque Yo dije y os digo ahora también, que curará el alma y el cuerpo. Id con amor, echadle agua con amor y llevársela a los enfermos y también para vosotros.
Hijos míos mis polluelitos ¡tanto os quiero!, que Yo vengo a salvaros y vengo con los mensajes de amor de mi Corazón para que se extienda en el mundo que una madre no olvida a sus hijos nunca. Mi Corazón pronto triunfará como el de mi Hijo, pero antes tenéis que pasar muchas cosas, hijos míos, vais a ver la tierra con las tinieblas, cómo vendrán terremotos, maremotos, sangre, guerras, pero guerras nucleares, hijos míos, olvidaran los hombres a los pequeños porque el odio y el Diablo Satanás están dentro de sus corazones y no dejan que el pequeño ame de verdad, porque ellos no quieren el Amor; pero Yo os digo que pidáis por esos enemigos de la tierra para que vean la Luz, porque con la oración, hijos míos, se puede todo.

 Estad unidos en el amor, quereos mucho y pedid por todos los pobres pecadores. Os amo, hijos míos, siempre estaré con todos vosotros; hoy vengo toda de negro, llorando por tantos sacrilegios que comete el mundo, mis hijos, a la Divinidad de mi Hijo de Amor y a mi Corazón Inmaculado.


Pedid mucho por el Papa, pedid mucho por todos los sacerdotes, pedid para que lleven sus ministerios de verdad, bien, que se dediquen a lo que un día prometieron, a todos los hombres de la tierra. Pedid también que haya vocaciones sacerdotales y religiosas ¡Ay de aquellos que no cumplan con sus ministerios!, por eso os congrego aquí y en todo el mundo para que pidáis por mis hijos predilectos. Os quiero y os doy mi bendición; hoy, hijos míos, tenéis un hijo aquí, mío, sacerdote, hoy es él que va a dar la bendición.

 Os amo hijos.

Adiós pequeños míos, adiós hijos míos, adiós...

Nuestra Madre se dirige al vidente:

Pequeño mío quiero que seas humilde, gusanico no te en gloríes y hazte pequeño, nada, camina con amor para todos tus hermanos, no te preocupes de nada, hijo, porque Yo te llevo en mi Corazón, pero hazte obediente, humilde, sencillo, busca el aroma de mi Hijo y mi aroma que siempre estaremos contigo, pero hazte nada, nada hijo mío.

 Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.

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