1 may 2017

Mensaje 29 abr 2017 - España: Que malos cristianos sois...

Hijos Míos, debéis estar ciegos para no ver cómo está el mundo de revuelto, de odios y de violencia. Y si lo veis y no os ponéis en oración, entonces no estáis ciegos sois necios. Yo, Jesús, os hablo.

Que bien sabéis murmurar de los malos gobernantes y atacarlos con la lengua cuando lo que deberíais hacer es rezar por ellos incesantemente, pero vosotros los juzgáis, los atacáis y algunos hasta me piden que se mueran. Pero hijos, ¿de verdad sois cristianos?, ¿de verdad Me amáis y tenéis esas disposiciones en contra de los que están en pecado y no rezáis por ellos? Sed misericordiosos y pedidme para esos gobernantes que explotan a su pueblo la misericordia y la conversión y ofreced por ellos sacrificios y oración. Yo, Jesús, os hablo.

Todos sois pecadores y todos tenéis mil razones para postraros ante Mí y pedirme perdón y misericordia por vuestros pecados, no solo de acción sino de omisión. No creáis que porque no cogéis un arma para matar sois inocentes. Matáis muchas veces con la lengua, con mensajes que mandáis por las redes sociales negativos contra vuestros hermanos, ¿de verdad pensáis que Mi Santa Madre haría eso? Imitadla hijos, imitadla en todo porque Ella fue mansa y humilde de corazón y en ningún momento censuró a ninguno de Mis enemigos, pero si suplicó mucho por ellos. Yo, Jesús, os hablo.

Ser cristiano no es solo ir a Misa todos los domingos o rezar el Rosario a menudo, ser cristianos es amar y perdonar y  la mayoría de vosotros, esto lo lleváis muy mal, pues muchos hasta no os habláis con vuestra familia, y eso, que son hermanos de sangre. Vais por senderos de perdición y encima os creéis buenos. Hijos, abrid los ojos y pedidme discernimiento y luz para vuestras almas, y recordad hijos, recordad que no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7,21)

Sé que sois flacos, que tenéis debilidades, limitaciones, imperfecciones, por eso mismo Me necesitáis tanto. El que por sí mismo no puede santificarse debe acudir a la fuente de la santidad y esa fuente Soy Yo, y estoy dispuesto a ayudaros sin condiciones ni límites. Pero vuestra colaboración, lo que concierne a vosotros que hagáis, tenéis que hacerlo, porque entonces Yo sería un Dios injusto si no os pidiera lo que tenéis que poner de vuestra parte. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

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