7 de Julio del 2017
Mensaje Público
Nuevamente
veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios
Padre. Dice: “Yo soy el Eterno Ahora; el Creador de cada momento
presente. Vengo a ustedes no para asustarlos, sino para prevenir.
Cualquier padre de familia que vea a su hijo demasiado cerca del fuego,
por amor, lo prevendría, para que retrocediera. Yo, como Padre de
todos, vengo con un corazón amoroso para hacer un llamado a la humanidad
a que se retire del borde del desastre. Yo no quiero enviar Mi
Justicia sobre la Tierra, pero las humillaciones del hombre hacia Mis
mandamientos me obligan a hacerlo. Si vuelven a Mí unidos con un
corazón contrito, se puede mitigar mucho todavía. Yo necesito su
arrepentimiento y que regresen a la alta estima de Mis mandamientos.”
“Recen
todos los días pidiendo que los enemigos del cristianismo se desarmen.
Esto incluye no solamente a los terroristas, sino también a los líderes
del mundo. En este País, los cristianos están disfrutando un regreso a
la libertad bajo su Presidente. Les pido que estén unidos en torno a
su liderazgo. Es el momento en que la política no debe controlar la
religión, sino que debe ser influenciada por los valores cristianos.
Los temas morales necesitan seguir siendo temas morales y no temas
políticos.”
“Yo solamente puedo prevenir. No puedo elegir por ustedes.”
Lean Jonás 3:1-10
La
palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos
términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale
el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive, conforme a la
palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se
necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la
ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta
días, Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios,
decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más
grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive,
este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con
ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en
Nínive el siguiente anuncio: “Por decreto del rey y de sus
funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor,
deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de
penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y
conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en
sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el
ardor de su ira, de manera que perezcamos”. Al ver todo lo que los
ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se
arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
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