5 de Septiembre del 2017
Mensaje Público
Nuevamente
veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios
Padre. Dice: “La razón por la que pasan estas cosas –los huracanes– no
es porque Yo, el Señor del universo, disfrute visitando la Tierra con
Mi Ira. La humanidad tiene que experimentar la adversidad para poder
unirse en su dependencia de Mí, de Mi protección y Mi Provisión. Es
cierto que Yo puedo cambiar el rumbo y debilitar cualquier tormenta.
Sin embargo, no me ha sido posible cambiar y debilitar el mal que hay en
los corazones. El hombre depende demasiado de sus propios esfuerzos y
de su ingenio.”
“Un aspecto de la existencia
humana que el hombre no puede controlar ni manipular es el clima. Tiene
que recurrir a Mí pidiendo ayuda. Estoy escuchando la humilde oración
que pide Mi ayuda. Esta vendrá de varias formas. Déjenme a Mí ser el
Señor del momento presente.”
“Sigan rezando pidiendo que los enemigos del cristianismo sean desarmados.”
Lean Mateo 8:23-27
Después
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se
desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la
barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos
lo despertaron, diciéndole: “¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!”. Él les
respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?” Y
levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: “¿Quién es este,
que hasta el viento y el mar le obedecen?”
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