Hijos de Dios,
toda criatura aspira a estar con sus padres en esta vida porque saben que su
amor para ellos es único, y aunque no sean buenos hijos, saben que sus padres
los quieren y los cuidan y disculpan incluso sus desatinos. Yo, Jesús, os
hablo.
Pues bien
hijos, debéis también aspirar a vivir en la Patria Celestial con vuestro Padre
Celestial que os creó, con vuestro Hermano que os redimió y con el Espíritu
Santo que os santifica y os guía hacia caminos eternos. Debéis aspirar a vivir
con vuestra Madre Celestial tan dulce y tan santa que os ama hasta donde vuestra
mente no puede ni imaginar. Pero no, vosotros vivís en esta vida solo
pendientes de daros gustos, de pasarlo
bien, de poseer bienes que os diviertan y no os proponéis ninguna clase de
disciplina, y así hijos, no llegareis a la Patria Celestial donde el gozo y la
felicidad que allí existen son inimaginables para los seres humano. Yo, Jesús,
os hablo.
Educáis a
vuestros hijos en el rencor hacia los demás, en el deseo y afán de poseer cosas,
los educáis con costumbres paganas y actitudes indisciplinadas, y luego en la
edad adulta muchas de esas actitudes les crearan problemas tanto en el trabajo
como en la familia que formen. Pero hijos, ¿es que habéis perdido el sentido del
bien? Porque solo pensáis en vosotros y en poseer cosas y practicar toda clase
de vicios, mientras que todo un Dios os redimió y no lo tenéis para nada en
cuenta.
Ya se hijos
que os falta fe, pero no hacéis ni el mínimo esfuerzo para obtenerla. No la buscáis
ni en libros, ni en actos parroquiales, ni en sacerdotes, ni en nada. Y Luego
pensáis que como Yo Soy Amor os salvaré así como así, porque para eso morí por
vosotros. Yo, Jesús, os hablo.
Os digo hijos,
os digo por enésima vez, que como no os enmendéis a muchos os puede sorprender
la muerte en estado de pecado y condenaros para toda la eternidad. Del Infierno
no se sale nunca jamás, y allí los tormentos son también inimaginables, porque
hay toda clase de pecadores a cual más horrible y toda clase de demonios que su
mayor placer es atormentarlos. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario