20 nov 2017

Mensaje 15 nov 2017 - España: Enmendaros, porque os puede sorprender la muerte en pecado mortal y condenaros...

Hijos de Dios, toda criatura aspira a estar con sus padres en esta vida porque saben que su amor para ellos es único, y aunque no sean buenos hijos, saben que sus padres los quieren y los cuidan y disculpan incluso sus desatinos. Yo, Jesús, os hablo.

Pues bien hijos, debéis también aspirar a vivir en la Patria Celestial con vuestro Padre Celestial que os creó, con vuestro Hermano que os redimió y con el Espíritu Santo que os santifica y os guía hacia caminos eternos. Debéis aspirar a vivir con vuestra Madre Celestial tan dulce y tan santa que os ama hasta donde vuestra mente no puede ni imaginar. Pero no, vosotros vivís en esta vida solo pendientes de daros gustos,  de pasarlo bien, de poseer bienes que os diviertan y no os proponéis ninguna clase de disciplina, y así hijos, no llegareis a la Patria Celestial donde el gozo y la felicidad que allí existen son inimaginables para los seres humano. Yo, Jesús, os hablo.

Educáis a vuestros hijos en el rencor hacia los demás, en el deseo y afán de poseer cosas, los educáis con costumbres paganas y actitudes indisciplinadas, y luego en la edad adulta muchas de esas actitudes les crearan problemas tanto en el trabajo como en la familia que formen. Pero hijos, ¿es que habéis perdido el sentido del bien? Porque solo pensáis en vosotros y en poseer cosas y practicar toda clase de vicios, mientras que todo un Dios os redimió y no lo tenéis para nada en cuenta.

Ya se hijos que os falta fe, pero no hacéis ni el mínimo esfuerzo para obtenerla. No la buscáis ni en libros, ni en actos parroquiales, ni en sacerdotes, ni en nada. Y Luego pensáis que como Yo Soy Amor os salvaré así como así, porque para eso morí por vosotros. Yo, Jesús, os hablo.





Os digo hijos, os digo por enésima vez, que como no os enmendéis a muchos os puede sorprender la muerte en estado de pecado y condenaros para toda la eternidad. Del Infierno no se sale nunca jamás, y allí los tormentos son también inimaginables, porque hay toda clase de pecadores a cual más horrible y toda clase de demonios que su mayor placer es atormentarlos. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

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