MENSAJE DE LA
SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Querido hijo Marcos, conforme ya te dije, tú estás sufriendo dolorosos sufrimientos, dolorosos trabajos, para redimir los pecados de los pecadores, para salvar las almas de ellos y para expiar los pecados que ellos cometieron contra Dios.
Por causa de las locuras de los pecadores, un hermano inocente tiene que sufrir por ellos, pues es el único medio de alcanzar para esas alma, misericordia y salvación.
No temas hijo Mío, estaré siempre contigo. Tú todavía tendrás más cruces pesadas por adelante, pero así como estuve junto con Mi Hijo en el camino del calvario, Yo también estaré contigo. Y cuanto más sufras, más almas salvarás y mayor será la corona de gloria, de méritos que tú tendrás en el Cielo.
El sufrimiento acepto y ofrecido generosamente salva almas, cancela castigos y atrae para el mundo, para muchas almas, una lluvia abundante de gracias.
Cómo faltan las almas generosas hoy en día, las almas víctimas. Yo misma dije a muchos Santos del pasado que en este siglo de impiedad, de pecado, maldad, alejamiento de Dios y pérdida de la fe, las almas que desearían donar sus vidas y hasta arriesgar sus vidas por amor a Dios y por la salvación de las almas, serían muy pocas. Las almas que tendrían la fuerza de vencer el propio egoísmo y de renunciar a una vida cómoda, llena de placeres, para poder sufrir por la salvación de la humanidad, serían pocas. Serían estas almas: rosas rojas místicas que serían tan raras como oro.
Sí, no hay almas víctimas capaces de aceptar los sufrimientos que Dios manda por la salvación de las almas y para expiar los pecados que ellas cometen todos los días contra Dios.
Si hubiesen más almas así, cuántos castigos no serían evitados, cuántas almas no serían salvas, qué lluvia de misericordia no descendería sobre la tierra, pero esas rosas místicas rojas, generosas, capaces de renunciar a la propia voluntad, a su egoísmo y ser almas generosas capaces de sufrir y hasta de arriesgar la propia vida por la salvación de los otros, ya no existen más.
Es por eso que no hay quién aplaque la Ira de Dios. Es por eso que no hay quién detenga más los castigos en muchas naciones y es por eso también que tan pocas conversiones suceden, tan pocas almas santas existan hoy en día.
¡Ah! Si hubiesen más almas como esas, pararrayos de la Justicia Divina e imanes de las bendiciones de Dios, cuanto mal no dejaría de haber en la tierra, cuanto bien no descendería del Cielo, cuanta bendición no descendería sobre la tierra.
Es por eso que Yo llamo a las almas a renunciar a su egoísmo y a donar sus vidas generosamente por la salvación de la humanidad como Mi hijito Marcos, como tantas almas privilegiadas del pasado hicieron. Sólo así el mal podrá ser detenido, Satanás será aplastado más deprisa y el bien triunfará, Dios triunfará.
Yo deseo que haya muchas almas así, pues el Corazón de Mi Hijo Jesús está saturado de tantas ofensas, de tantas ingratitudes del mundo y quiere dar curso nuevamente a Su Justicia.
Detengan esa Justicia ofreciendo sus sufrimientos de cada día con amor a Dios, por la salvación de la humanidad, en expiación por los pecados con que Él es ofendido.
Sí, lo que detiene el fuego que caerá del cielo, es Mi hijo Marcos, con sus oraciones, sus trabajos, sus rosarios meditados, sus horas santas de oración hechas por amor a Mí y todo más que él hace e inclusive con los sufrimientos de él.
¡Ay del Brasil!¡Ay del mundo si él no estuviese aquí ofreciendo todo eso por la humanidad!
Cabe a ustedes Mis hijos ayudarlo con oraciones y sacrificios, a detener la Justicia Divina que quiere castigar al mundo y disminuir el peso aplastador de los pecados que él carga sobre sí, sufriendo para expiar esos pecados.
Es preciso oración y sacrificio. Sin eso, no se podrá salvar la humanidad.
¡Oh sí! Cuán grande es el valor del sufrimiento acepto y ofrecido delante del Padre. Yo busco almas así, ofrecidas y generosas, que juntamente conmigo ofrezcan sus sufrimientos diarios para aplacar la Justicia del Señor.
Deseo que aquí haya muchas rosas místicas rojas así, de sacrificio, para junto conmigo contrabalancear la Justicia Divina, inflamada por los pecados de la humanidad.
Sí Mi hijo, tú debes acordarte claramente de aquella vez que estuviste enfermo con una gran fiebre, con muchas náuseas, escalofríos, dolores por todo el cuerpo y especialmente en tu cabeza. Tú te acuerdas que te quedaste internado en el hospital. Pues bien, aquel sufrimiento sirvió para que Yo ahora concediese gracias a tu padre espiritual Carlos Tadeo, para que lo trajesen aquí en Mis Apariciones y para que pudiese también unirlo ahora a ti, para que a través de ti, él reciba grandes y copiosas gracias de Mi Corazón y también del Señor. Aquel sufrimiento fue por él, aquel ofrecimiento sirvió para él, para alcanzar gracias para él y su linaje.
Tú debes acordarte también de cuanto sufriste cuando tu rodilla creció y quedó duro como una roca y tú no podías caminar. Aquel sufrimiento también sirvió para él, bien como también sirven para él tus dolores de cabeza actuales, todas ellas que tú ofreciste para Mí, sirvieron para conseguir para él grandes gracias del Señor, grandes gracias de Mi Corazón y no apenas para aquel Mi hijo predilectísimo, pero también para Mi hijo Eder, para Mi hijo Ricardo, para Mi hijo Silvestre, para Mi hija Débora, para Mi hija Goretti, para Mi hijo Reinaldo.
Sí, sirvió para ellos, sirvió también para Mi hija Janaína López, sirvió también para Mi hija Fabiana Oliveira y sirve para tantas almas que tú no puedes imaginar, por todas las almas que tú ofreces y también por aquellas que tú ni siquiera conoces, pero que sólo en el Cielo descubrirás.
Quédate sabiendo también Mi querido hijo, que esos tus dolores de cabeza sirven muchísimo para aliviar el sufrimiento de Mi hija Lazinha, sirve también para aliviar el sufrimiento de muchos enfermos que están en el hospital sin consuelo, sirve para la conversión de muchos jóvenes equivocados, sirve también para la liberación de muchas y muchas almas del purgatorio, sirve también para Mi hijita Margarita Kurosaki, para Mi hijo Matías Kurosaki y toda su familia, sirve para esparcir el bien sobre la tierra. Por eso, tú debes continuar ofreciendo.
Quédate sabiendo también que una de las almas más beneficiadas por tus dolores de cabeza también es Mi hijo Andrés Paiola. Todos tus dolores sirve para él, sirve para las almas de los electos y cuando ese número se complete, entonces finalmente Mi triunfo sucederá con poder y traerá para ustedes, para toda la tierra, la paz, la felicidad, la renovación total y entonces, todos los hombres, todas las mujeres fieles a Dios serán felices para siempre como los Ángeles y nada, nada nunca más los amenazará.
Cuanto más tú sufres, más Satanás pierde el poder hasta que quede completamente aniquilado. Así Dios usa los sufrimientos de un hijo amoroso para encubrir una multitud de pecados, perdonar a sus autores y traer para la tierra paz, paz y paz.
Es preciso rezar el Rosario, es preciso ofrecer la vida y los sufrimientos a Dios por la salvación del Brasil y de los pecadores. El Brasil aún corre peligro, el mundo aún está al borde del precipicio, los jóvenes y los niños se pierden cada vez más gracias a los medios de comunicación, pasan todo el tiempo viendo cosas que sólo destruyen sus almas, que sólo llenan sus almas de tinieblas y pecados envés de rezar.
Ofrezcan por ellos para que la infancia y la juventud puedan ser salvas por un milagro del amor del Espíritu Santo y de Mi Corazón. Caso contrario, el futuro de la humanidad estará perdido.
Recen aún hoy 3 Coronillas del Amor para salvar más almas. Recen la Coronilla del Amor constantemente, pues esa Coronilla salva muchas almas.
Yo estoy con ustedes en sus sufrimientos y nunca los abandono. Tengan una fe firme y fuerte como Job, porque ustedes aún pasarán por muchas pruebas antes de Mi triunfo, pero los héroes vencerán y serán coronados.
A todos Yo bendigo ahora con amor: de FÁTIMA… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”
Después de tocar en los rosarios…
(María Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que unos de estos rosarios lleguen, ahí estaré Yo viva, llevando grandes gracias del Señor y de Mi Amor para todos Mis hijos.’
A todos bendigo ahora nuevamente y dejo Mi paz.”
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