MENSAJE
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
“Mis almas amadas, hoy Mi
Sagrado Corazón se alegra al venir con Mi Madre Santísima en más un aniversario
mensual de Nuestras Apariciones aquí.
Vengo del Cielo con Mi
Madre para decirles: ‘Amen Mi Amor,
pues, Mi Amor no es amado por ustedes.’
Amen Mi Corazón,
correspondan al amor de Mi Corazón con obras de amor, con una vida de amor, con
oraciones de amor, sacrificios de amor. Pues solamente aquél que se sacrifica
por Mí, negándose a sí mismo y renunciándose a sí mismo todos los días, es que
verdaderamente Me ama.
No miro para las palabras,
miro para las obras y para los actos. Son ellos que Me dicen quién Me ama y
quién no Me ama.
Por eso, vivan aquello
que les dije hace 2000 años atrás: ‘Quién
quiera venir tras de Mí, tome su cruz, niéguese a sí mismo y sígame.’
Sin negarse a sí mismo,
sin renunciar a la propia voluntad, nadie puede ser Mi discípulo.
Recuérdense de aquello
que les dije también: ‘Quién no renuncia
a sí mismo, no toma su cruz y no Me sigue, no es Mi verdadero discípulo, no
puede ser Mi discípulo.’
Sean, por lo tanto, Mis
verdaderos discípulos, negándose a ustedes mismos, renunciando a su voluntad y
siguiendo atrás de Mí, cargando su cruz todos los días con amor y probando su
amor a Mí con obras.
Justamente ahora se
completan los 100 años del inicio de la revolución comunista que mató a millones
de personas en el mundo entero y a muchos siervos y santos Míos que Me amaban
sobre la tierra y que fueron perseguidos por causa de Mi Nombre.
Yo les digo: ‘Ay de ustedes si no fuese Mi Madre.’ Ella
apareció en Fátima para darles el arma invencible contra todas las fuerzas del
mal, contra todos los planes y obras de Satanás, especialmente el comunismo, el
arma que es el Santo Rosario.
Esta oración que aún hoy
puede, debe y salvará el mundo, pues el comunismo, la cabeza del dragón que
parecía herida de muerte, aún no fue definitivamente aplastada y siempre
intenta levantarse aquí y allá en la humanidad.
Para aplastarla
definitivamente, recen el Rosario de Mi Madre, vuelvan a hacer los cercos de
Jericó que Ella pidió, rezando durante 7 días: 24 horas el Rosario de Ella, en
grupos o individualmente, para que finalmente la cabeza del dragón sea
aplastada.
Deseo que vuelvan a hacer
aquí el cerco de Jericó del día 1 al día 7 de cada mes como Mi Madre pidió,
cada uno en su propia casa. Para que así, verdaderamente del día 1 al día 7, muchas
almas sean salvas a cada mes y los planes de Mi enemigo aquí en el Brasil y en
el mundo sean por fin aniquilados.
Yo cuento con su oración
para finalmente realizar Mis planes iniciados de acuerdo con los secretos de Mi
Madre en La Salette, en Fátima, hasta llegar aquí.
Aquí en este lugar
bendito de Jacareí, a través de la persona y del trabajo de Mi amadísimo hijo
Marcos, finalmente aplastaré la cabeza de Mi enemigo. Y Mi Madre que de inicio
era María de Nazaret y ahora es la Reina y Mensajera de la Paz, la Señora de
todos los pueblos, finalmente triunfará y Ella dará la paz al mundo, Ella
bendecirá el mundo, Ella dará al mundo un nuevo tiempo de santidad y paz.
Únanse con Mi Madre en la
lucha contra las fuerzas del mal. Recen, divulguen los Mensajes de Ella, hagan
los cenáculos y los grupos de oración por todas partes y, sobre todo, vivan de
amor, sean amor e imiten el amor de Mi Santo Siervo Job, amándome y amando a Mi
Madre con el amor puro, verdadero y fiel.
Sean fieles como Job Mis
hijos, porque quién no fuere, no entrará en Mi Reino, no entrará en la gloria
del Cielo.
Recen la Coronilla de la
Misericordia todos los días, pero la Coronilla de la Misericordia Meditada
hecha por Mi hijito Marcos, que es el que más Me agrada y los sumerge en los
misterios de Dios y en la ciencia de Mi Sagrado Corazón, la ciencia de los
Santos.
A todos Yo bendigo con
amor y especialmente a ti Mi hijito Marcos, el más obediente y dedicado de Mis
hijos: de DOZULÉ… de PARAY-LE-MONIAL… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy,
cuando ustedes celebran aquí más un mes de Mis Apariciones y también recuerdan
el gran milagro de la cruz luminosa en el Cielo, de la llama de la vela que no
quemaba la mano de Mi hijo Marcos y del gran milagro del sol danzante del día
07 de noviembre de 1994, confirmando de una vez por todas Mis Apariciones con
Mi Hijo y todo el Cielo aquí, Yo vengo nuevamente para decir a ustedes: ‘Yo soy la Reina y Mensajera de la Paz, y
todo aquél que Me invoque con el nombre, con el título que escogí para Mí aquí,
tendrá Mi consuelo, Mi confort en los sufrimientos, en las tribulaciones,
tendrá Mi paz y también perseverará hasta el final en el amor de Dios y
recibirá la corona de la vida eterna.’
Yo
soy la Reina y Mensajera de la Paz, y todo aquél que obedezca Mis Mensajes aquí
fielmente, no conocerá ni las llamas del infierno, ni las del purgatorio.
Yo
Soy la Reina y Mensajera de la Paz, y todo aquél que Me busque aquí, recurra a
Mí con fe, confianza y amor, recibirá las grandes gracias de Mi Corazón.
Abran sus corazones para
recibir en ellos Mi Llama de Amor, que
con fuerza violenta desea abrasar a todos ustedes en el amor de Dios.
Abran sus corazones para
que ustedes tengan un amor fiel al Señor y a Mí como la de San Job, también
como la de Mi hijito Marcos. Para que entonces, ustedes puedan verdaderamente
dar el ‘Sí’ que Mi Hijo y Yo hace tanto tiempo esperamos, y Nuestro plan de
salvación se cumpla fielmente en ustedes.
Que muchos jóvenes den su
‘Sí’ a Dios como Mi hijo Marcos, para amar al Señor como él, como el Santo
hombre Job amó al Señor: con un amor total, completo, encima de todas las cosas
y más fuerte que todos los dolores y sufrimientos. Para que aquí, finalmente el
Señor reciba de Sus hijos el amor puro y verdadero que vino a buscar aquí.
Que muchos jóvenes entreguen
sus vidas, consagrándolas a Dios y a Mí en la vida consagrada religiosa aquí, para,
con su oración, su santidad y su amor, apagar una multitud de pecados, o sea,
salvar a muchas almas y alcanzar para ellas las gracias, las bendiciones del
Señor, envés de los castigos que merecían por sus pecados.
Y así, sobre toda la
tierra pueda venir un nuevo tiempo de paz, de santidad, donde el Señor será de
nuevo amado, glorificado, servido y adorado.
A ti Mi amadísimo hijo Marcos,
el más dedicado y obediente de Mis hijos, a Mis hijos amados que Me dieron sus
vidas aquí contigo y a todos Mis hijos que Me aman, que Me obedecen y junto
contigo trabajan para tornarme conocida y amada, Yo bendigo: de FÁTIMA… de
LOURDES… y de JACAREÍ.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días.”
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