13 de Febrero del 2018
Mensaje Público
Una
vez más veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón
de Dios Padre. Dice: “Yo soy el Padre de todas las eras. Hay dos
formas en que elijo medir el amor de las almas por Mí. Una es por su
obediencia a Mis mandamientos. La otra es por el deseo de agradarme a
Mí. Ambos requieren, ante todo, morir a sí mismos. La renuncia a sí
mismos es, entonces, la puerta a la santidad. Es también el camino para
reconocer la verdad. Si sus pensamientos, palabras y acciones se
centran en sí mismos, no hay lugar en su corazón para complacerme a Mí.”
“Haciendo
un esfuerzo con la libre voluntad, tomen la decisión de agradarme a Mí y
a los demás antes que a sí mismos. Así es como serán juzgados.”
Lean Efesios 4:1-8
Yo,
que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera
digna de la vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y
paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la
unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y
un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes
han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo
Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de
todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos. Sin
embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida
que Cristo los ha distribuido. Por eso dice la Escritura: Cuando subió
a lo alto, llevó consigo a los cautivos y repartió dones a los hombres.
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