18 may 2018

15 may 2018 - España: Jesucristo: Visitadme en el Sagrario y traed a vuestros hijos...

Hijitos de Mi divino Corazón. Que afanados estáis siempre en tener buena figura, en vivir en bienestar, en tener compromisos con amigos y familiares para ir de comilonas, para ir de copas, como vosotros decís. Pero que abandonado Me tenéis a Mí que Soy todo Amor y que intercedo por vosotros a Mi Padre Eterno y no dejo de hacerlo ni un instante. Yo, Jesús, os hablo.

No es que sean malas esas cosas, pero son muy frívolas y debéis también de emplear vuestro tiempo en darme culto, porque es un bien muy grande que llegará a vuestras almas. Vivís días y días sin pensar en Mí, ignorándome, como si fuera un personaje de la Historia que haya vivido y se haya muerto y nada más. Pero hijos, Yo estoy vivo en el Sagrario, en el Santísimo Sacramento del Altar y parece como si el adorarme solo fuera cosa de monjas, frailes y ancianos. Yo, Jesús, os hablo.

No sabéis bien la de gracias que os perdéis no queriendo acudir a Mí, porque Yo nunca Me dejo ganar en generosidad y doy el ciento por uno. Pero a vosotros los jóvenes a quienes muy especialmente va este mensaje, pasáis de Mí y hasta os avergüenza sólo el pensar hacerme una visita en el Sagrario. Lo que estáis sembrando es lo que recogeréis, porque si bien Soy misericordia y salvo mucho por Mi gran misericordia, los méritos que perdéis ya no los podréis recuperar, pues debéis de darme adoración, ser agradecidos y no ignorarme, ya que todo eso son semillas que os llenarán de gracias, empezando por aumentaros la poca o débil fe que tenéis. Yo, Jesús, os hablo.


Padres, enseñad a vuestros pequeños a ir a visitarme y, aunque solo Me digan un Padrenuestro, poco a poco irán aumentando y tendrán la necesidad de decirme o rezarme cada vez más. Pero los padres llevan a sus hijos a toda clase de actividades menos al Sagrario y eso es un error, porque crecen en un ambiente de frivolidad y en muchas ocasiones de pecado. Yo, Jesús, os hablo y os advierto.

Sed personas de oración, de fe, de santidad. Al Cielo no entran los que están en pecado, aunque solo tengan un pecado mortal, entran los que viven conforme a Mis leyes y, si bien no siempre lo consiguen, al menos ponen todo su empeño en conseguirlo. Así que hijos, no perdáis más el tiempo e iniciad una vida espiritual. Empezad aunque solo sea rezando un Padrenuestro y Avemaría diarios, veréis como poco a poco Mi Santo Espíritu os irá pidiendo más y dándoos las gracias para que lo cumpláis. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

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