30 nov 2018

Almas del Purgatorio

ALMAS DEL PURGATORIO: 
La Iglesia Purgante



Cerrando el mes de noviembre, dedicado a realizar un esfuerzo especial para socorrer a las Benditas Almas del Purgatorio, recogemos esta recopilación de las revelaciones recibidas por el Sacerdote Ottavio Michelini.



Los sacerdotes (muchos de los cuales ponen el acento casi exclusivamente en las cuestiones sociales en favor de los hermanos militantes, deplorando con razón las injusticias perpetradas) olvidan casi siempre las injusticias más graves hechas en perjuicio de los hermanos que están en el Purgatorio.

Para tal gravísima omisión se necesita o no creer en el Purgatorio o no creer en el tremendo sufrimiento al que las almas purgantes están sometidas. La necesidad de ayuda de las almas en espera es bastante más grande que la de la criatura humana que más sufre en la tierra.


Todos aquellos que os han precedido en el signo de la fe, sea que estén en el Purgatorio o ya en el Paraíso, todavía os aman con amor mas puro, más vivo y más grande.

Están animados por un gran deseo de ayudaros a superar las duras pruebas de la vida para que alcancéis, como ellos ya han alcanzado, el gran punto de llegada, el fin de la vida misma. Ellos conocen ya muy bien todos los peligros que acechan a vuestras almas. Pero su ayuda con respecto a vosotros, está condicionada en buena medida por vuestra fe y vuestra libre voluntad para acercaros a ellos con la oración y con la confianza en su eficacísimo patrocinio ante Dios y la Virgen Santísima.


Os repito que ellos no pueden descartar vuestra libertad pero, si son solicitados por vuestra fe y por vuestras invocaciones, os están y estarán cada vez más cercanos en la lucha contra el Maligno. Os miran, os siguen e intervienen en la medida determinada por vuestra fe y por vuestra libre voluntad.

La Sabiduría Increada ha provisto que lo recordemos, incluyéndolo en el Credo, este gran Dogma, tan incomprendido con gran daño de los militantes en la tierra y de los que sufren en el Purgatorio. En efecto, este Dogma, no basta con aceptarlo teóricamente. Sólo si se traduce en la practica diaria de vuestra vida, tiene posibilidad de incrementar no sólo vuestra vida personal, sino toda la vida comunitaria de la Iglesia.

Pensad que vuestra contribución de sufragios cotidianos se transforma en una lluvia de gracias y estrecha las relaciones de amor, por consiguiente de mayor unión, entre vosotros y las almas del Purgatorio. Pensad en lo que podemos nosotros que vivimos en Dios y de Dios, si vosotros recurrís a nosotros, situándonos en la condición de poderos ayudar.
El Dogma de la Comunión de los Santos es comparable a un grande e incalculable tesoro al que sólo poquísimos alcanzan. La mayoría no van más allá de un común y pálido acto de fe.


Somos las almas del Purgatorio, escribe, hermano.
Somos nosotras almas Purgantes y esperábamos este encuentro que indudablemente traerá bien a ti y a nosotras, el amor que une a los hijos de Dios, estén en el tiempo o fuera del tiempo como estamos nosotras, es siempre útil y fecundo de bien.


El Dogma de la Comunión de los Santos, para quien cree en él y se esfuerza en vivirlo, lleva siempre frutos santos para ambas partes, ciertamente hermano Don Octavio, para nosotras ningún esfuerzo, ninguna fatiga sea para creer ni para vivir la sublime y estupenda realidad del Dogma que tratamos, en cambio para vosotros que estáis peregrinando en la tierra, se requiere el ejercicio de la vida divina de la Gracia, se requiere el ejercicio de las facultades de vuestra alma, ante todo, el ejercicio de vuestra inteligencia, que debe buscar conocer la existencia del Dogma, conocer el origen, esto es, de dónde y cómo ha nacido, conocer los efectos que produce en quien lo conoce, y en quien lo vive, se requiere además el ejercicio de vuestra voluntad, quererlo aceptar y quererlo vivir es acto de la voluntad, se necesita aún el ejercicio de la memoria, la que siempre debe tenerlo presente a la inteligencia y a la voluntad para que ellas puedan recordarlo y quererlo.


Hermano Don Octavio, no es todo, el Dogma de la Comunión de los Santos, como por otra parte se debe decir de tantas otras realidades sobrenaturales, exige, sí, el ejercicio natural del alma, pero sobre todo el ejercicio de la Vida divina de la Gracia introducida en el alma y, por lo tanto: ejercicio de la Fe, para que el Dogma se haga operante se necesita creer firme y fuertemente, sin velos ni sobrentendidas limitaciones, requiere además el ejercicio de la Caridad, del amor, amor verdadero, no ficticio, no ilusorio, amor real acompañado de obras, y tú, vosotros, sabéis qué obras exige la naturaleza de este Dogma, requiere el ejercicio de la Esperanza, la que como luz transparente os haga vislumbrar y desear los benéficos efectos que el Dogma visto, querido y amado lleva a vosotros y a nosotras.


 
Vosotros deberíais saber muy bien que vuestras posibilidades de bien con relación a nosotras constituyen una reserva potencial casi inagotable, cualquier cosa que hagáis bastaría transportarla del plano natural al plano sobrenatural de la gracia añadiéndole la intención: "por las almas Santas del Purgatorio", y si son ya cosas de orden sobrenatural, como la Santa Misa celebrada o escuchada, basta sólo con añadir la intención dicha; si salís para un paseo, para una compra o cualquier otra cosa que hagáis o penséis, hacedlo por amor al Señor y en sufragio de nuestras almas.

Tú sabes, hermano, que por parte nuestra la respuesta sería, es inmediata, para nosotras no podemos hacer "nada", pero para vosotros podemos hacer "mucho", pero sois vos otros, quienes vivís en la fe y en la prueba, quienes debéis, por así decirlo, dar el "ya" para volver operante este Dogma de la Comunión de los Santos.


 
Don Octavio, es cierto que las necesidades materiales y sobre todo espirituales son para vosotros muchas, pero ¿por qué no tener en cuenta que también nosotras, Almas Purgantes, podemos ayudaros mucho para resolver todos vuestros problemas personales y sociales? ¡Si supieras lo que quiere decir Purgatorio!!! ¡Si lo supieran los cristianos, que tan rápidamente se olvidan de nosotras, que tan fácilmente se olvidan de sus promesas, que tan mal viven su fe, que más que en nosotras, piensan en la podredumbre y cenizas de nuestros cuerpos!!!

 
Hermano nuestro Don Octavio, cuánto se podría y se debería hacer por Caridad y por Justicia con respecto a nosotras... intensifiquemos en mucho nuestra comunión y los benéficos efectos y las bendiciones de Dios serán abundantes.
A la espera…
Las Almas del Purgatorio


Revelaciones
Ottavio Michelini

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