3 de Diciembre del 2019
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, tienen que suceder muchas cosas
en el mundo antes de que Mi Hijo regrese a la tierra revestido de
victoria. Mi Ira debe llegar. Mi Justicia debe cumplirse. Yo les
hablo a través de esta Mensajera en un esfuerzo por aumentar y
fortalecer a Mi Resto Fiel. En este esfuerzo está envuelta Mi gracia
para exponer el mal y ayudarlos a reconocerlo.”
“Es por eso que ustedes tienen que ser hijos de la luz; siendo esa
luz la verdad. Mi Resto tiene que estar unido en la verdad de Mis
mandamientos y en las tradiciones de la fe. Durante estos tiempos
malignos, estas verdades se han visto enormemente comprometidas, incluso
por líderes espirituales. La fe nunca ha estado bajo un ataque tan
grande al grado que el mal ni siquiera se reconoce. Mi Resto debe
buscar la protección de María, Protectora de la Fe; una labor tan
urgentemente necesaria en esta era de confusión. Ella los protegerá,
independientemente de su afiliación religiosa si son cristianos.”
“Estos son tiempos de heroísmo fiel. Estén unidos en la verdad. Permanezcan juntos como Mi heroico Resto.”
Lean Efesios 2:19-22
Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino
conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes
están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los
cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En
él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un
templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al
edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu.
2ª Tesalonicenses 2:13-15
Nosotros, por nuestra parte, siempre debemos dar gracias a
Dios, a causa de ustedes, hermanos amados por el Señor. En efecto, Dios
los eligió desde el principio para que alcanzaran la salvación mediante
la acción santificadora del Espíritu y la fe en la verdad. Él los
llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de
nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y
conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea
oralmente o por carta.

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