19 de Febrero del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Yo soy el Eterno Ahora, el Padre de toda
la gente y todas las naciones, el Patriarca de cada generación. Una
vez más hablo aquí para convencer en la verdad al corazón del mundo. Yo
no puedo modificar Mis mandamientos para satisfacer la falsa conciencia
del mundo actual. Mis mandamientos son su camino al Cielo, si los
obedecen.”
“En estos tiempos, la sociedad inventa sus propias reglas. El
libre albedrío se ha vuelto el falso dios de esta generación. Ser
responsables ante Mí es considerado algo sin importancia. El momento
presente ya no es una oportunidad para santificarse, sino que se
considera una oportunidad para la realización personal.”
“Pero sigo hablando aquí porque Yo amo a cada alma más allá de toda
expresión. Anhelo compartir el Paraíso con cada uno de ustedes. El
lugar que tienen en el Cielo los ha estado esperando desde que el tiempo
comenzó. Yo, como su Padre Eterno, no puedo admitir en el Cielo a
quienes no respeten Mis mandamientos y a quienes no me aman. Escudriñen
sus corazones para asegurarse de que están en el sendero correcto; el
sendero de la salvación. Yo aguardo su llegada al Cielo.”
Lean 2ª Timoteo 4:1-5
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de
juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de
su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella,
arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de
enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más
la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se
procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se
apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú, en cambio,
vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como
predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.
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