11 de Marzo del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hoy me gustaría dirigirme
específicamente a esos hijos Míos que no me aman y que ni siquiera creen
que existo. ¿A quién acuden en sus momentos de necesidad? ¿Ponen toda
su confianza únicamente en los esfuerzos humanos? ¿Acaso no comprenden
que cada humano es creación Mía? Sus dudas y su incredulidad son el
mal fruto de querer todo a su manera. Yo vigilo toda Mi
creación; protejo con Mi Divina Voluntad todo lo que Yo he
creado. Cada momento presente para cada persona está formado por Mi
Voluntad. Cuando ceden a la tentación de no creer en Mí, han sucumbido
al poder de Satanás. Cuando ustedes rezan, están debilitando a Satanás
en todo su alrededor. Es entonces cuando él fracasa en muchos de sus
planes nefastos.”
“Elegir no creer en Mí es apoyar a Satanás. Permitan que Yo sea su
fortaleza por medio de la oración. Es entonces cuando verán el
complejo diseño que Yo estoy tejiendo en sus vidas; un diseño de Mi
gracia.”
Lean Efesios 2:8-10
Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la
fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es
el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos
creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar
aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las
practicáramos.
Efesios 6:10-17
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su
poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las
insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de
carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los
Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que
habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para
que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber
superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el
cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus
pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan
siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas
las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y
la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
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