15 de Marzo del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, los invito a comprender que hay
algunas similitudes entre este coronavirus y el pecado. Para empezar,
ambos son invisibles, pero una vez que comienzan, sus efectos son
visibles. El pecado le roba al alma su conexión eterna Conmigo y,
finalmente, en el peor escenario, roba la salvación eterna del
alma. Este virus le roba a la persona su salud inmediata y, en el peor
de los casos, su vida mortal.”
“Se están tomando pasos muy firmes para poder contener el
virus. Se han cancelado muchos eventos. Las empresas y escuelas se han
cerrado. Donde sí hay una diferencia entre el virus y el mundo del mal
es en la propagación del pecado en el mundo. Si bien los pasos para
evitar el virus es lo más importante en la mente del público, al pecado,
que es igual de letal, por lo general se le permite florecer de forma
imperceptible. El virus, que desde luego es peligroso, solamente puede
tomar la vida mortal. Sin embargo, el pecado es capaz de tomar la
salvación del alma.”
“Hablo para despertar a las almas en cuanto a los peligros reales
en el mundo de hoy; no es un virus, sino es un amor al pecado.”
Lean Colosenses 3:1-4
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes
del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el
pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la
tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta
con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida,
entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.
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