10 de Septiembre del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Hijos, en el mundo, la humanidad se
acerca a los tiempos más graves de toda la historia. Mi Justicia es de
gran alcance. Ya es palpable de manera moderada por toda la tierra. Si
todos Mis hijos pusieran atención y atendieran los signos de los
tiempos, Yo vería su arrepentimiento y atenuaría Mi Justicia. La
realidad es que ustedes tienen una pandemia, desastres naturales de
proporciones sin precedente y una creciente fricción entre naciones con
serias consecuencias si estas no se resuelven.”
“Los recursos naturales muchas veces son retenidos como
soborno. Las diferencias políticas llevan la responsabilidad de dar
forma al futuro del mundo con su resolución definitiva. Debido a que el
hombre tiene tanto poder y conocimiento para crear y destruir, lo que
guarda en su corazón es de gran importancia. Estos Mensajes llegan como
un medio para influenciar los corazones para un bien mayor. Hoy los
exhorto a prestar atención y a alinear sus corazones con los preceptos
de Mis mandamientos. Esta es su última esperanza.”
Lean Jonás 3:3-10
Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del
Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres
días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó
durante todo un día, proclamando: ‘‘Dentro de cuarenta días, Nínive
será destruida’. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y
se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más
pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de
su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y
se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente
anuncio: ‘Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni
animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no
pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y
animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de
su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios
se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera
que no perezcamos’. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para
convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que
les había hecho y no las cumplió.
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