23 de Noviembre del 2020
Mensaje Público
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el
Corazón de Dios Padre. Dice: “Todo lo que tenga indicios de
deshonestidad, traición a la verdad o de hipocresía proviene de Satanás y
debe evitarse. Hay quienes dedican su vida a esos propósitos. Ellos
no están viviendo en gracia ni en el sendero a la salvación. Cada alma
será juzgada en base a la forma en que utiliza su tiempo. Cada alma
recibe la gracia de perseverar en la honestidad en todo momento. Tienen
que hacer del tiempo su amigo y utilizarlo para su propia salvación.”
“Hay momentos en los que se requiere de mucho esfuerzo para
utilizar el tiempo que Yo les doy como un medio para la rectitud. Yo,
como su Creador, quiero compartir cada instante con ustedes. Quiero
revelar las intrigas de Satanás en sus vidas. El maligno tiene un plan
de seducción individual para alejar a cada alma del Amor Santo y
llevarla al amor propio desordenado. Yo también tengo un plan. Un plan
para llevar a cada alma al Cielo Conmigo. Cada alma necesita obedecer
las persuasiones de su ángel de la guarda a fin de permanecer en el
sendero que Yo he elegido para ella. Hay maneras en las que el tiempo
es una puerta para llevar a las almas a pecar; el entretenimiento, la
forma de vestir, los pecados de la lengua, por nombrar unas cuantas. El
mal uso del tiempo es inútil en el esfuerzo por agradarme a
Mí. Regresen a Mí, cada uno de ustedes. Mis Brazos están abiertos para
recibirlos, para perdonarlos.”
Lean Efesios 2:4-10
Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con
que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros
pecados, nos hizo revivir con Cristo –¡ustedes han sido salvados
gratuitamente!– y con Cristo Jesús nos resucitó y nos hizo reinar con él
en el cielo. Así, Dios ha querido demostrar a los tiempos futuros la
inmensa riqueza de su gracia por el amor que nos tiene en Cristo
Jesús. Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la
fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es
el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos
creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar
aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las
practicáramos.
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