TRIDUO DE REPARACIÓN
POR LA FIESTA PAGANA Y DEMONÍACA
DE HALLOWEEN
3 ° día
29 de octubre
Oración de Súplica:
Arrodillados ante una imagen de Nuestro Señor.
“¡Oh
dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido el pago
de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos
postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de
honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en
todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.
Mas recordando
que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la
cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para
nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con
voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los
de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su
infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando
las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra
ley.
Nosotros queremos expiar tan abominables pecados,
especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los
vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas
inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias
proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a
vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles
sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin,
los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los
derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.
¡Ojalá
que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas,
entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con
la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas
buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día
sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros
altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y
mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y
ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la
firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de
la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos
además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos
para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh benignísimo Jesús! Por
intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que
recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos
fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y
otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a
la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y
reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén”
Papa Pío XI
Jaculatoria
(Devoción Privada)
Se repite doce veces:
"Oh
dulcísimo Dios, unido a mi santo ángel de la guarda, reparo la
tristeza y el dolor de vuestro corazón, al ver como, aquellos a quienes
has redimido con tu preciosísima sangre, apetecen esta fiesta pagana,
despreciando el recogimiento y piedad que deberíamos vivir estos santos
días.
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