† Revelaciones Privadas †:
Mensaje publicado
14 de febrero del 2025
25 de enero, 2025
Fiesta de la Conversión de San Pablo Apóstol
Jesús. Vivís lo que Yo viví.
La Palabra Viva del Padre habla.
El Verbo Encarnado en el Vientre Purísimo de María Santísima habla. La Ofrenda Perfecta de Obediencia y Reparación habla.
Vuestro Jesús, vuestro Maestro, habla. Vuestro Rey y Capitán habla.
Vuestro Dios que os ama sin medida habla.
ESCUCHAD, HIJOS.
Vuestro Dios habla para todos.
Os He dado Palabras de advertencia y de corrección. Os He dado Palabras de Luz y de esclarecimiento. Os He dado Palabras de ánimo. Os He dado Palabras de enseñanza.
TODAS, hijos, son Palabras nacidas de Mi Corazón, del Corazón de Vuestro Dios que os ama.
Recibid todas Mis Palabras: las Semillas Santas que unidas a vuestra voluntad, Fe, y amor, producen frutos santos de unión Conmigo, de virtud, de fortaleza en medio de la negrura que ha envuelto al mundo y a Mi Iglesia.
Mi Pobre Iglesia.
Debiera ser Pobre, totalmente “Pobre” de toda vanidad, de toda idolatría y ambición. Vacía de todo salvo de Mí.
Debiera estar LLENA DE MÍ.
Pero hijos, ¿veis todas las “riquezas” falsas que ha acumulado? Como un cuerpo lleno de cáncer, cuyas células corruptas no dejan de multiplicarse, deformándose más y más, hasta quedar irreconocible ante Mis hijos y ante Mí.
LA IGLESIA ES MÍA.
Es el Cuerpo Místico, que unido a Mí, la Cabeza, debiera ser siempre ejemplo de la Verdad y de Mi Voluntad.
El Refugio para todos Mis hijos; el lugar de su sustento, de su formación, de su santificación.
Satanás odia a Mi Iglesia, pues es reflejo Mío. Y con ataques constantes busca destruirla, dividirla, diezmarla, corromperla y llevarla al abismo donde él mora.
Pero Yo, la Cabeza, no lo permitiré.
Yo, la Cabeza, la purificaré.
Yo, la Cabeza, la libraré de las garras de Satanás.
Yo, la Cabeza, expulsaré a toda inmundicia.
Yo, la Cabeza, la volveré a bañar en Mi Sangre y en el Agua pura de Mi Costado, y en las Lágrimas de Mi Madre.
Y la dejaré radiante, limpia, hermosa, llena de Mí, llena de Mi Verdad. Llena de Luz.
El Faro y Resguardo para mis hijos.
Pero antes, hijos, habrá que resistir al ataque del Anticristo.
Pues así como Yo fui traicionado y entregado en manos del césar y de los falsos levitas, y escarnecido por la mayoría de Mi Pueblo, y abandonado por Mis Apóstoles y discípulos, así ahora, hijos.
OS LO REPITO, para que no os confundáis.
Lo que veis que sucede es la traición última que ha de suceder.
Y así como Yo tuve que sufrir la traición, la flagelación, la condenación, la crucifixión, la agonía sin nombre del abandono del Padre, así, hijitos de Mi Corazón, vosotros sufrís en el Corazón de Mi Iglesia.
Vosotros, puñadito Mío, que Me amáis, que Me escucháis, que recibís Mi Palabra con Fe en vuestro corazón, vosotros que lloráis Conmigo – vosotros sois el Corazón de Mi Iglesia, de Mi Cuerpo Místico, y vivís lo que Yo viví.
Por esto, hijos, la agonía de la espera. Por esto, la oscuridad y el tormento del Huerto de Getsemaní.
Por esto, vuestras dolencias, sacrificios, penas, angustias.
Por esto, hijos, el sentiros solos y abandonados por vuestro Dios.
Por esto, el sentiros cada vez más “nada”.
Vivís lo que Yo viví.
En esa Hora, hijos, Mi causa parecía un fracaso, una locura, algo pasajero que no sobreviviría a Mi muerte.
El Padre en apariencia Me había abandonado.
Todo Mi trabajo y esfuerzo, terminado en “nada”.
Así ahora, hijos Míos.
NO TEMÁIS.
OS HE DICHO QUE TODO ESTÁ EN MIS MANOS.
Y OS LO VUELVO A RECORDAR.
MIRADME A MÍ. DADME VUESTRO CORAZÓN.
DADME VUESTRA CONFIANZA Y FE.
Sí, hijos. La Hora es muy amarga.
Pero Yo la He vivido antes que vosotros, la He vivido solo – con la ayuda de Mi Madre. Y SÉ LA ANGUSTIA QUE SE HA DE BEBER.
Pero por esto, hijos, VENGO A VOSOTROS.
Por esto os hablo. Por esto os formo y os fortalezco.
Y por esto YO y MI MADRE os acompañamos a cada instante. A CADA INSTANTE. Nunca estáis solos, Mis amados. NUNCA.
Y aunque habéis de beber y ya bebéis de Mi Cáliz, Yo lo endulzaré con Mi Amor y con Mis Gracias, reservadas para estos tiempos.
El tiempo es corto, aunque lo sentís que la Hora no llega.
Llegará, hijos. Ya estáis en ella.1
NO TEMÁIS.
Os recuerdo lo sucedido con Mi Pablo – cómo, en un instante, le hice conocer Mi Verdad, Mi Persona, Mi Voluntad.
En un instante, hijos.
¿No acaso haré Maravillas similares y mayores ahora, que el testimonio que ha de darse es mayor?
Confiad en Mí.
Confiad en que vuestro Rey y Capitán os dará la armadura y las armas que necesitaréis para la batalla próxima.
Dejadme revestiros de Mis vestimentas – de Mi Gracia.
Confiad que miro a cada uno, conozco vuestros corazones, conozco vuestros anhelos y deseos de amarme, de serme fieles.
CONFIAD QUE YO OS DARÉ ESTO QUE ANHELA VUESTRO CORAZÓN. [sonrisa]
Hijos, os pido vuestra Fe y que estéis en Paz en Mi Voluntad.
Estáis rodeados de Mi Voluntad. Unid vuestra pequeña y debilísima voluntad a la Mía, y Yo os ayudaré.
Os anuncio la próxima venida de Mis Maravillas.
Para fortaleceros, para sanaros, para perfeccionar vuestra Fe y confianza.
Vendrá en un instante y os llenará de gozo.
Como a Mí Me dará gozo mostraros Mi Rostro y Mi Sonrisa. [sonrisa]
No temáis. Vuestro Dios no os abandona. Vuestro Jesús está con vosotros.
Os recuerdo, hijos, que no sois de este mundo. Y cuanto más se separa este mundo de Mi Voluntad, cuanto más se Me rechaza, tanto más vosotros, que Me amáis y tratáis de caminar Conmigo, de cumplir Mi Voluntad, os sentiréis “fuera” de este mundo. Ajenos a él.
No os sorprendáis por esto ni os angustiéis. ES LA VERDAD.
Quien es Mío ni puede ver el estado del mundo, respirar su aire, y no sentir rechazo.
En guardia, hijos.
Venid y tomad tiempo Conmigo, respiraréis el aire puro y limpio de Mi Amor, de Mi Verdad, y fortaleceréis los pulmones de vuestro espíritu [sonrisa suave], para poder resistir y no sucumbir a las miasmas hediondas de Satanás.
Hijos, en medio de la negrura, en medio de la traición que se está efectuando en todo nivel, YO ESTOY ACTUANDO, para contrarrestar, para salvar, para sanar, para traer a la luz lo escondido, lo turbio, para que veáis y comprendáis lo que en verdad sucede.
Por esto os digo, ESTAOS EN PAZ.
MIRADME. RECIBID CUANTO OS DOY. CREED.
CONFIAD. UNID VUESTRA VOLUNTAD A LA MÍA.
Me dais vuestras penas y lágrimas y angustias, como os lo He pedido. Dadme también vuestras sonrisas – las sonrisas nacidas en la confianza y en la Fe, en la certeza de que os amo, en la esperanza de lo que ha de venir tras la hora amarga.
Mis Promesas y todo cuanto He dicho a Mis Profetas se cumplirá. TODO. Mis Palabras no son vanas.2
Pero vuestro comprender es muy limitado, hijos, y no veis – no podéis ver – lo extenso y grande de Mi Plan, cómo abarca todo lo creado de principio a fin, cómo abraza a cada hijo Mío, cómo está lleno de Mi Luz, Verdad y Amor.
Dadme la ofrenda de vuestro entender.
Someted vuestros criterios a la Fe luminosa y sencilla.
Queréis fechas, cumplimientos, muestras visibles de Mi Poder sobre las fuerzas del enemigo.
Comprendo. [sonrisa]
Pero a vosotros, Mis pequeños, os pido que Me deis estos deseos cual ofrenda luminosa. Aceptando en Fe Mis quehaceres en estos tiempos.
YO SOY DIOS.
No lo olvidéis.
Y si espero, es Misericordia.
Y si demoro, es Misericordia.
Y si pasan los días y Mis Promesas parecen tardarse, es Misericordia y formación.
TODO cuanto hago y permito tiene su fundamento en Mi Amor por vosotros.
Sí, hijos. No podéis comprender cómo puedo permitir ciertos acontecimientos en el mundo y en vuestras vidas. Pues parecen totalmente contrarias a las acciones de un Dios que es Amor.
Hijos, veis sólo una parte de estos acontecimientos y tan sólo un instante de ellos.
Yo lo veo todo. Veo las victorias que nacerán, veo las sanaciones que sucederán, veo la Luz que iluminará; os veo Conmigo por toda la eternidad.
POR ESTO OS PUEDO DECIR – CONFIAD EN MÍ.
CONFIAD EN VUESTRO JESÚS.
SIN REPARO Y SIN TEMOR.
ESTAOS EN PAZ EN ESTA CONFIANZA EN MI CORAZÓN.
Cuánto, cuánto os amo, pequeñuelos Míos.
Soldados Míos. Mis aguerridos [sonrisa]. Mis pobrecitos [sonrisa].
Vuestro Jesús no os abandona.
Recibid Mis Palabras cual rocío de consuelo y fortaleza, y como sello de Mi Bendición.
Os amo, hijos.
Estoy actuando. Pronto os lo mostraré.
Os bendigo con todo Mi Amor y os traigo la bendición y el Amor de Mi Madre Santísima, la Perla Hermosa del Cielo [sonrisa], que os tiene bajo Su Manto y bajo Su Protección.
Aquel que Es, que Era y que Ha de Venir,
El Alfa y la Omega,
Aquel que cabalga sobre las nubes.
Vuestro Jesús. +
NOTA: Este Mensaje fue dictado en dos días (sábado en la Hora Santa y martes por la mañana). Cada vez que iba a tomar un tiempo en silencio para ver si el Señor quería continuar el dictado, tuve interrupciones, problemas inesperados que había que atender, etc. Incluso, al ir bajando las escaleras rumbo a la Hora Santa el martes, la libreta que uso para los Mensajes y que llevaba en mano, se me resbaló muy abruptamente – voló – y golpeó la escalera tan fuerte que se desprendió una de las pastas y las imágenes de Jesús y María Santísima que siempre llevo en ella quedaron desparramadas en el suelo. Definitivamente “alguien” no quería que se terminara este Mensaje. Lo escribo aquí porque me pareció significativo, un ataque más intenso.
1
Esta frase parece una contradicción. Pero si pensamos que una Hora en el tiempo de Dios tiene muchas, muchas horas de nuestro tiempo, entonces no hay contradicción. Pues, ¡cuánto ha de suceder dentro de esta “Hora”! La “Hora” de Jesús no fue sólo un instante, sino una serie de eventos, cada una cumpliendo una parte de todo cuanto se había anunciado y preparado desde toda la eternidad en el Plan de Dios. Por tanto, cuando dice “Llegará, hijos. Ya estáis en ella” nos está diciendo que ya estamos en “la Hora”, lo que vivimos ya está dentro de los eventos profetizados y preparados, y que uno tras otro nos acercan al culmen que es la renovación de todo lo creado.
2
Al ir transcribiendo estas palabras, pensaba en cómo hay Profecías que se anunciaron hace siglos, y que aún no llega su cumplimiento, mientras que otras Profecías son mucho más recientes y ya se han cumplido. Y por alguna razón, pensé en cómo se construye un edificio. Se empieza con los cimientos y con el “esqueleto”, pero a la vez que este trabajo inicia, se inician también otros trabajos que van avanzando por separado (la elaboración de puertas, ventanas, o piezas labradas en piedra que servirán de decoración, pero que tardan en labrarse y tienen que esperar a que el resto del edificio se vaya terminando para incorporarse a él.) Pensaba en las Profecías de este modo. Cada parte del Plan de Dios se anuncia, se inicia, se trabaja, y llega a su conclusión, y estas partes se van desarrollando cada una a su paso, pero todas van avanzando sin parar. Y así como avanza la construcción y se van uniendo todos estos trabajos, así en el Plan de Dios. Todo en orden.
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