19 dic 2013

Jacareí, Brasil 13 de Diciembre de 2013

(Aparecieron: María Santísima, Santa Lucía y Santa Bárbara)

(Marcos): “Sí, sí, sí. Sí lo haré sí…Yo les agradezco por la gran Gracia dado a mí, a nosotros, hoy a la tarde con la Aparición de la Hermana Amalia. Te agradezco Señora por todas las palabras maravillosas que Ella nos dijo. Dale a Ella un gran abrazo en mi nombre, en nuestro nombre. Sí, sí…”

Mensaje de Santa Lucía de Siracusa


“Amados Hermanos Míos, hoy, ustedes conmemoran el aniversario de Mi martirio, día en que derramé Mi sangre por Amor de Nuestro Señor Jesucristo, de la Madre de Dios y también por Amor a todos ustedes. 

Sí, Yo pensé en todos los Católicos, en todos los Cristianos, en todos ustedes en el momento en que di Mi vida y que derramé Mi sangre por Amor a Jesús, por Amor a la Madre de Dios, por Amor a ustedes.

Derramé Mi sangre por Amor a ustedes, para alcanzar para todos los Cristianos el fin de la persecución del Imperio Romano, para alcanzar para todos los Católicos la libertad de amaren, rezaren y adoraren a Dios sin ser presos y muertos por eso.

Derramé Mi sangre para que la Santa Fe Católica creciese, se esparciese, permaneciese y produjese frutos de santidad en todas las almas del mundo entero, para la mayor Gloria de Dios, de la Madre de Dios, para el triunfo de la Santa Fe Católica, de la Verdad, y para la salvación de todas las almas.

Derramé Mi sangre por Amor a ustedes, para que a lo largo de los siglos en Mí y en Mi martirio, los Cristianos tuviesen un medio eficaz para alcanzar Gracias, ofreciendo a Dios los merecimientos de Mi martirio, para alcanzar por medio de Mis merecimientos de Mi sangre derramado las Gracias que necesitan para su vida y especialmente para su salvación eterna, para su alma. Y por eso, derramé Mi sangre con inmenso amor por ustedes, para que pudiesen tener en sus manos un tesoro incomparable, inestimable, que son Mis merecimientos que comparto con ustedes, que comparto con aquellos que son Mis Verdaderos Devotos.

Derramé Mi sangre por Amor a ustedes, para mostrarles lo cuanto Yo les amaba, lo cuanto Yo les quería bien y lo cuanto Yo quería verdaderamente, atraerles para Dios, para la Madre de Dios, para la salvación, para el Cielo. Por eso les digo: “Les amé mucho, les amé muchos siglos antes de que nazcan, de conocerme y de amarme.”

Les amo tanto que si fuese posible Yo bajaría de nuevo a la tierra y daría Mi vida nuevamente para salvar a todos ustedes, derramando con placer Mi sangre por ustedes, para alcanzarles la Gracia de la salvación.
Les amo mucho, no pueden imaginar cuanto les quiero bien, lo cuanto les protejo, les defiendo, les cubro con Mi manto y les libro de todos los peligros que les rodean y que les amenazan.

Deseo que imiten Mis Virtudes, deseo que sigan Mis pisadas, Mis pasos en el camino de la Santidad, pues, si hacen esto serán muy agradables a Dios, agradables a la Madre de Dios y serán bellos como Yo. Porque ésta belleza que Yo tengo en el Cielo, ésta belleza con la cual aparezco a Mi Amadísimo Marcos y le encanto, le cautivo, lo prendo en éxtasis de amor a Mí. Ésta belleza también Yo quiero darlas a ustedes, Yo quiero hacer existir en ustedes: que es la belleza del Perfecto Amor a Dios, del Perfecto Amor a la Madre de Dios, de la Santidad.

Denme por lo tanto, su “Sí”, no Me nieguen sus corazones, dejen que Yo entre en ellos, dejen que Yo quite todo, todo lo que desagrada a Dios, todo lo que los obstaculiza en su santidad y coloque en sus corazones todos los gérmenes, todas las semillas de las Virtudes, de la Santidad, para que agraden a Dios.

Yo, Lucía, conozco todos sus sufrimientos y todos sus dolores. Ningún “Ay” de ustedes escapa a Mi oído, escapa de Mi mirada, por eso, confíen en Mí con confianza, porque recorriendo a Mí conmueven el Corazón del Altísimo y lo inclinan a escuchar sus oraciones. Ofrezcan sus oraciones a Dios, junto con Mis merecimientos, pidiendo por Mis merecimientos de Mi martirio y Dios verdaderamente, mirará con agrado para ustedes y les dará todo cuanto es necesario para el bien y la salvación de ustedes.

Yo amo este lugar con todo Mi Corazón, amo este Santuario, todos los que están aquí, todos los que vienen a rezar aquí. Y sobre todos extiendo Mi manto de Amor cubriendo y bendiciendo a todos con una extraordinaria lluvia de Gracias en este momento.

Les amo mucho y a estos Mis Queridos Hermanos que vinieron de los Estados Unidos y a todos los demás que están aquí en este momento bendigo derramando sobre ustedes copiosamente las Gracias de los merecimientos de Mi martirio juntamente con el martirio de Mi Querida Hermana Bárbara, que está aquí y con las Gracias eficaces del Inmaculado Corazón de la Madre de Dios.

Aquí es mi segundo Cielo, amo este lugar como la fibra más querida, más profunda e íntima de Mi Corazón. A todos ustedes y a Mi Amadísimo Marcos, el más ardiente de Mis Devotos y de Mis Amigos. En este momento bendigo con Amor: de CATANIA…, de SIRACUSA….y de JACAREÍ. La Paz Mis Hermanos Amados, hasta mañana cuando les espero una vez más aquí.”

Mensaje de María Santísima


“Bendigo todas esas imágenes que serán llevadas por Mi Hijita Dina y Liliana, para sus países. Les bendigo verdaderamente dándoles las Gracias de Mi Corazón Inmaculado. Bendigo también a Mi Hijita Ana por todo su Amor por Mí, por todo lo que ha hecho por Mí, por todo lo que hará por Mí.

Quiero que Ella también lleve Mi Imagen para que pueda derramar sobre todas las almas de América, de aquel país, de aquella nación que Yo tanto amo y donde Yo tanto seré Glorificada. Para que Yo pueda verdaderamente realizar prodigios en medio de Mis Hijos para la salvación del mundo entero.

Sonó Mi Hora, Sonó la Hora de la Llama de Amor de Mi Corazón, por eso, voy a derramar copiosamente y sin medida ésta Llama a todos que mirarán para Mis imágenes y Me abrirán su corazón.”



(Marcos): “Hasta pronto, hasta mañana Querida Madre. Hasta pronto Amada Bárbara Mía, Mi Vida. Hasta mañana Amada Lucía, vita mia, amore mio…”

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