27 feb 2015

Mensaje 22 febrero 2015 - Jacareí - Brasil - Dejen el pecado y la Naturaleza dejara de castigarles


 Jacareí, 22 de Febrero del 2015


MENSAJE DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA


“Mis amados hijos, Yo Soy la Reina y Mensajera de la Paz.

Vine del Cielo a Jacareí, vine del Reino de Dios, viajé del Reino de Dios hasta Jacareí para llamarles a la Conversión, la Oración y la Paz del corazón. Que sólo puede tener quien verdaderamente dice ‘Sí’ a la Voluntad de Dios, busca hacerla en todos los momentos de su vida, con la única y pura intención de agradar y amar a Dios.

No queden Mis hijos diciendo que Mis Mensajes son repetitivos y que apenas quedan pidiendo para rezar. No sean orgullosos, no sean soberbios Mis hijos. Porque si Yo hago un examen refinado en la vida de ustedes, verán, descubrirán que ni incluso los Mensajes básicos que Yo di en el comienzo ustedes ni son capaces de vivir.

No sean orgullosos. No digan: “Nuestra Señora está siempre pidiéndome oración, oración, oración y nada más dice de nuevo. Ya no me habla nada del fin de los tiempos o de los castigos que yo quiero saber cómo serán

¡Esto es una curiosidad vana y mórbida! Cuando Yo juzgue oportuno y necesario hablar del Castigo, Yo lo haré. Por ahora no pueden soportar estas cosas. Cuando Yo digo que habrá el Aviso y el Castigo muchos de ustedes ya se quedan con miedo, porque están con su conciencia repleta de pecados y deudas con la Justicia de Dios. Si Yo les revelase el horror o el rigor de los Castigos que caerá, muchos de ustedes hoy mismo desanimarían. Por eso, Yo les digo para rezar tanto, porque solamente con la Oración ustedes podrán purificarse y estar preparados para cuando la Hora de la Justicia Divina llegue.

Sean humildes y acepten Mi dirección de la forma como Yo les conduzco aquí, como la Madre que enseña al hijo a dar bien los primeros pasos, porque de estos primeros pasos bien dados, el niño aprenderá a dar los grandes pasos a lo largo de toda su vida, por eso, Yo les digo: “Recen con el corazón, busquen aprender a rezar con el corazón porque eso hasta hoy no saben hacer”. Busquen rezar con el corazón, abriendo su alma al Señor, buscando tener sed de Dios en la Oración, buscando comprender la Voluntad de Dios en sus Oraciones.

Canten, meditando en cada palabra que están cantando. Recen, meditando en cada palabra que están diciendo, busquen tener un diálogo franco y sincero con Mi Hijo Jesús en la Oración. Para que verdaderamente, sus Oraciones sean vivas y les lleven a mejorar a cada día que pasa y amar más a Dios con un amor más inflamado a cada día que pasa. Que sus Oraciones sean profundas y sea una Oración verdaderamente hecha en Mi Presencia y en la Presencia de Mi Hijo Jesús.

No lastimen más Nuestros Corazones con sus pecados y con sus Oraciones frías y sin amor. Pero antes, consuelen Nuestros Corazones y caliéntenlos con el calor de su Oración viva, sincera, hecha con amor y hecha con verdadera sed de amar más a Dios y de cumplir más Su Voluntad.

Yo Soy Su Madre Dolorosa, sufro con sus sufrimientos y no quiero que sufran en el futuro Mis hijos, por eso les digo: ¡Conviértanse sin demora!

Comprendan este tiempo de conversión de la Cuaresma, que el pecado es una ofensa infinita y una ingratitud infinita a Dios. Después de que Él les creó con tanto amor, de dotarles su cuerpo con tantos talentos, con tantos órganos que funcionan de modo maravilloso, después de dotarles con la inteligencia, con la voluntad y con tantos y tantos talentos que el Señor les dio al nacer. Después de que Él les dio un mundo tan bello, para hacer la morada de ustedes, haberles dado alimentos tan sabrosos, el agua tan refrescante, de darles el Sol que les ilumina y calienta. La Luna que ilumina su noche, las estrellas que embellecen el Cielo para que puedan domir con tranquilidad y alegría. Después de haberles dado el viento que alivia su calor, después de haberles dado el fuego, el agua, la tierra y todos sus frutos. Ustedes aún pagan el inmenso Amor de Dios con el pecado. Esto es una ingratitud infinita que hace con que las personas y los seres vivos se rebelen contra ustedes.

Por eso la naturaleza les castiga. Los cataclismos, las inundaciones, los terremotos, las sequías prolongadas. Porque la naturaleza no puede aceptar ni entender la ingratitud de ustedes para con el Amor de Su Padre Celeste, entonces, ella hace las veces de la Justicia de Dios, castigándoles por tanta ingratitud y tanta maldad. Arrepiéntanse y la naturaleza dejará de castigarles. Arrepiéntanse y dejen de herir el Corazón del Señor con sus pecados y la naturaleza nuevamente se aplacará y será su amiga, dándoles el agua para que no mueran de sed, dándoles la frescura cuando están abrasados de calor, dándoles también calor cuando están congelados de frío.

En fin, paren de ofender el Corazón del Señor y la naturaleza parará de castigar  sus plantaciones, haciendo con que ellas perezcan en la sequía o en el frío prolongado. Parará de afligirles con este calor sofocante.

El mundo, los Ángeles, la naturaleza, no pueden comprender la ingratitud de ustedes a Dios, pagando tanto amor con el pecado. Los Ángeles quedan horrorizados cuando pagan el inmenso Amor de Mi Hijo que derramó hasta la última gota de Su Sangre por ustedes en la Cruz, con los pecados horrendos de los cuales no renuncian y que cometen siempre.

¡Arrepiéntanse Mis hijos! Arrepiéntanse para que no sean castigados en este mundo por la Justicia de Dios en la naturaleza y en el otro a través de la furia de los demonios. Sí Mis hijos, porque va ser horrible caer en aquel lago de fuego y ahí ser atormentado por toda la eternidad. No quiero que sufran para siempre, por eso Yo viajé del Reino de los Cielos hasta Jacareí, para decirles: ¡Conviértanse! Recen Mi Rosario, porque con el Rosario ustedes conseguirán vencer cualquier mal, cualquier pecado, cualquier cosa que quiera estropear la salvación de ustedes.

Con Mi Rosario, Yo les daré todas las Gracias y es por eso que, necesariamente los devotos de Mis Rosarios siempre se salvan, porque ellos reciben de Mí Gracias muy grandes, muy abundantes, muy numerosas para que caigan en sí con respecto a sus pecados. Para que lloren sus pecados sinceramente y de ellos hagan penitencia, renunciando a ellos de corazón.

Así, esos Mis hijos galguearán velozmente a la alta montaña de la Santidad y llegarán al culmen rápidamente como llegaron Mis hijitos predilectos: “Bernadette de Lourdes y Mis Tres Pastorcillos de Fátima”.

Aún están conmemorando la Fiesta de estos Mis hijitos predilectos. Sí, Ellos llegaron a un alto grado de amor por Mí, especialmente porque fueron devotos de Mi Rosario. Yo les comunicaba torrentes y más torrentes de Gracias todos los días, porque Ellos rezaban Mi Rosario con fidelidad, perseverancia y amor a Mí todos los días de sus vidas. Por eso, pude actuar poderosamente en Ellos, por eso, pude realizar grandes cosas en Ellos.

Recen Mi Rosario con amor meditando en cada palabra y Yo también derramaré sobre ustedes luces muy grandes de Mi Corazón Inmaculado. Y conocerán cosas acerca del Señor, acerca de Mí, acerca de los Misterios del Rosario que aunque recorrieran todo el mundo estudiando no llegarían a conocer.
Yo, sobretodo, tornaré sus almas torres fuertes, torres de marfil, contra los cuales las ondas furiosas de las tentaciones de Mi enemigo allá se abatirán, las olas revoltosas de las tribulaciones se chocarán, pero no podrán abatirles, no podrán derribarles, porque la fuerza de ustedes seré Yo misma viviendo y actuando en ustedes por medio de Mi Rosario.

El Mensaje de Lourdes, el Mensaje de Fátima, el Mensaje de Jacareí es: Recen el Rosario y ciertamente se salvarán. Porque sólo a los devotos de Mi Rosario Yo doy las Gracias plenas de Mi Corazón, las Gracias en plenitud de Mi Corazón. Y por eso, necesariamente los devotos de Mi Rosario que lo rezan con amor todos los días, ciertamente se salvarán.

El amor a Mi Rosario es señal segura de predestinación y el desprecio por Mi Rosario es señal segura de condenación. Recen, recen porque Yo quiero transformarles en otras Bernadettes, otras Jacintas, otras Lucias, otros Franciscos en lo referente al amor abrasado que tuvieron a Mi Hijo Jesús y a Mi Corazón Inmaculado.

Aquí, verdaderamente estoy cultivando Mi Jardín de Rosas Místicas de amor. Sean rosas dóciles  que se dejan podar por Mí, que se dejan cultivar por Mí, que se dejan verdaderamente adular por Mí, para que se tornen rosas vistosas y perfumadas de grandes virtudes para el Señor.

No sean rosas que lastiman Mis Manos con las espinas de la rebelión de ustedes, de su testarudez, de su dureza de corazón. Sino antes, niéguense a ustedes mismos y a la voluntad de ustedes para que en esta Cuaresma Yo pueda llevarles verdaderamente, de la muerte del pecado para la resurrección gloriosa de la vida, de la gracia con Mi Hijo Jesús.

¡Yo les amo mucho Mis hijos y a todos aprieto con Amor a Mi Inmaculado Corazón!

Vengan a Mí que Yo abrí el pasaje para el Cielo para ustedes. Vengan, que a todos quiero llevar para el Reino de donde Yo viajé hasta aquí, para decirles que les amo de todo Mi Corazón y quiero conducirles a la Patria Feliz del Cielo.

A todos bendigo con Amor: de LOURDES… de FÁTIMA… y de JACAREÍ”

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