debido
a que Nuestro Señor ya autorizó la publicación de los Mensajes dados a
Vassula desde 2003 a la fecha, a continuación se encuentran dos Mensajes
de Septiembre de 2005 publicados por primera vez.
2005
¿Señor?
Yo
Soy; escucha a tu Maestro; sí; sopórtalo todo con amor; hija, llámame
cuando lo desees; ciertas personas admitirán estas Obras pero otras no
lo harán; sé consciente todo el tiempo de Mi Poderosa Presencia; déjalo
todo en Mis Manos y ten fe y confianza; ninguna de Mis Palabras es en
vano; ven, Yo y tú juntos; permíteme utilizarte para Mi Gloria y
recuerda que Yo Soy el que Soy; delicada criatura, no fue por ninguna
otra razón, excepto por Mi propio fiel amor, por lo que os salvé a ti y a
otros mediante Mi Fuego purificador y con una renovación del Espíritu
Santo… recuerda que Yo soy el Autor de esta revelación; grandes son Mis
Misterios de fe; grande es Mi amor por todos vosotros; no lo dudes
nunca; Mi Espíritu Santo es el Abogado y el Autor de este Himno de Amor;
¡ah!, Vassula, llámame; ¡sí! sacia Mi sed y aumenta tu amor por Mí;
acepta Mi Cáliz en todo momento; ¿nosotros? ic
23 de septiembre de 2005
Tu amor por el hombre es locura total,
Tu profunda benevolencia hacia nosotros,
que estamos embadurnados de pecado,
es inexplicable;
¿cómo puede alguien pretender
que entiende plenamente Tu bondad?
es como si quisieran atrapar con sus manos
la niebla o la luz que no son tangibles…
al principio, cuando me revelaste mi alma,
mi verdadero yo, escondiéndose
como una leprosa en un matorral,
no me censuraste,
en cambio suplicabas mi amistad;
tratabas de justificar mi horrible estado,
diciendo:
“¿sería porque no había nadie junto a ti para enseñarte?”[1]
mi miseria atrajo sobre mí Tu Misericordia;
mi alma empobrecida y desnuda
atrajo Tu compasión y Tu perdón, Santísimo,
mi deseo de ser salvada Te hizo trizas,
y dijiste:
“¡no puedo soportar ver así a Mi flor!”
Tus misericordiosas palabras
cayeron sobre mi alma desnuda
como el rocío de la mañana;
“te conduciré al arrepentimiento y a una vida inmortal en Mí, si tú también lo deseas…”
estas fueron las palabras
que murmuraste en mi oído
y así empezó todo…
y
tú renunciaste a tu propia voluntad por la Mía y esto te salvó… si
alguien se ha anclado en el mundo y no en Mí, nunca jamás Me encontrará…
renuncia a tu voluntad y a las pasiones del mundo y ven a poseerme; al
poseerme a Mí, formaremos una alianza de paz que durará por toda la
eternidad; Me aparecí a ti, Vassula Mía, y te sané; te concedí caminar
sobre zafiros que te conducirían a Mi Reino; estoy llamando a cada uno a
Mí, antes de que Mi retribución llegue sobre este mundo; se acercan los
días, porque ya no puedo tolerar[2]
más esta apostasía; cuando la tierra tiemble, sabed que es sólo el
principio de lo que va a caer sobre esta malvada generación; he
descendido a este vasto cementerio, caminado entre tumbas, para
resucitaros; grité a las tumbas que se abrieran y así lo hicieron;
resucitar a Mis hijos e hijas y renovarlos fue el regalo de Mi Amor;
inflamado del deseo de resucitarlos, Mi deseo Me precipitó a las tumbas
y, antes de que os enterarais, levanté a los muertos de sus tumbas y los
abracé: “éste es Mi regalo para vosotros, que debe mantenerse
constante; los que permanezcan devotos obtendrán Mis bendiciones en
recompensa; ahora id a proclamar Mi Amor al romper el alba…”
hija,
nunca he impuesto a nadie Mi Ley o Mi Presencia; he venido como
recordatorio, a poner orden en este desorden; y sin embargo, a pesar de
todos Mis prodigios y señales visuales, a pesar de Mis repetitivas
llamadas, a pesar de las gracias y los dones evidentes, distribuidos por
Mi Espíritu Santo a toda la humanidad, a pesar de todas Mis Odas a
vosotros, generación, a pesar de Mi Misericordioso acercamiento, la
respuesta que he recibido ha sido indiferencia, persecución e
incredulidad por parte de algunos, burla y rechazo deliberado de Mis
Llamadas al arrepentimiento, escupiendo sobre Mis bendiciones; hinchados
de anatemas, las resurrecciones que ven, y que realicé ante sus ojos,
son recibidas con desdén, o por lo menos ignoradas; leen las Escrituras
con ojos que no ven;
hija,
les he advertido con tiempo de las calamidades que caerán sobre esta
tierra a causa de sus pecados, calamidades y destrucción que se han
realizado, y aún les cuesta creer, debido a su incredulidad, que todo
ello haya sido atraído por ellos y no por la naturaleza… cuando dije
entonces que la tierra se sacudiría y se saldría de su eje[3],
y que las islas se desplazarían de su lugar, nadie Me creyó; nadie
escuchó; no querían recibir ningún consejo de Mí; desdeñaron todos Mis
avisos; cuando les diga hoy que, por la maldad y la apostasía de esta
generación, el cosmos está en peligro, seguirán sin creerlo;
cuando vean
la tierra que Yo he creado, resquebrajada y hecha pedazos, el miedo se
apoderará de esas almas obstinadas; el Diluvio[4]
no será nada en comparación con la destrucción que causará Mi Fuego en
este mundo; las entrañas de la tierra escupirán Fuego y, desde las
grietas llenas de Fuego líquido, se formarán ríos, ríos de Fuego que
vomitarán y se extenderán por cada ciudad, incendiando la tierra; los
anatemas que lanzabais a Mis enviados caerán de vuelta sobre vuestras
cabezas;
añado Mi Bendición para ti, Vassula Mía, la bendición que él[5] se negó a darte; ic
[1]De repente Jesús tomo mi mano para escribir esto.
[2] Al mismo tiempo oí la palabra ‘soportar’.
[3] Ocurrió cuando el primer tsunami en Indonesia.
[4] En tiempos de Noé.
[5]
El Patriarca de Constantinopla, cuando fui a entregarle mi conferencia
de Farfa (Italia) sobre la Unidad, que ya había dado previamente a Mons.
Fortino, al cardenal Kasper y al cardenal Cassidy, los cuales mostraron
interés.
TODO HONOR Y TODA GLORIA A TI SEÑOR JESÚS
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