26 dic 2015

Mensaje mensual dic 2015 - Faro de Luz - España

5 de Diciembre de 2.015
Monte Faro de Luz [Valencia de Alcántara (Cáceres)]

Ntra. Madre comienza su mensaje:
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en vuestras
almas.
Meditad ISAIAS, hijos míos, hacedlo.
Sed buenos hijos, sed perfectos, hijos míos, buscad la oración, buscad a mi Hijo, Él espera con los brazos abiertos.
¡Cuánta masonería hay en el mundo, hijos míos, dentro de la Iglesia¡ En el mundo con el Dragón stán haciendo estragos a la humanidad; ¡pobres hijos míos, pobrecitos!; si no miran a su Dios y van a postrarse de rodillas a pedir perdón por ese pecado tan grave.
Vosotros, hijos míos, aquí y en todo el mundo, muchos venís a consolar el Corazón de mi Hijo y mi Corazón; nosotros tenemos grandes cosas para vosotros: la Felicidad Completa, el Cielo, pero vosotros tenéis que trabajarlo, hijos míos, tenéis que ser oradores, limpios de corazón. Id a los brazos de mi Hijo, espera en el Monte con los brazos abiertos para que entréis todos en sus brazos; haceos como niños, sed sencillos y buscad la humildad.
Hijo mío narra lo que vas a ver:
Señora, ¿qué es esto que se presenta?, cuánto fuego; veo que los hombres mueren con cosas
que echan los hombres, un humo blanco y van muriendo por millones, ¡ay Madre! y esos
hombres y mujeres y niños que mueren, ¿porqué mueren?
– Es la peste que va a venir al mundo.
– Madre ¿y esas aguas del mar que desbordan y se llevan naciones enteras?
– Sigue, hijo mío.
– Los pecados han propasado las bóvedas del Cielo, y el Papa está huyendo del Vaticano...
– Sí, hijo mío, tiene que esconderse porque quieren matarlo.
– ¿Y esas almas que quieren morirse con tanto que están viendo?
– Sí, hijo mío, ellos que no han tenido Fe y les daba igual la vida. Han vivido sus caprichos, sus
mentiras, sus errores, sus crímenes.– ¡Ay madre!, por qué no rezamos todos, la humanidad, para que se salven todos.

Eso es lo que mi Corazón está diciendo al mundo, pedid por los pobres pecadores, pero el mundo no quiere escuchar, van a los lugares donde Yo me aparezco, hijo mío, y no van con fe, y Yo lloro porque no creen a su Madre que está viniendo siempre a dar el Consuelo y el aroma de mi Corazón para que todos los hombres busquen el refugio en este Corazón Puro. Una madre quiere a todos sus hijos y cuida de ellos, pero la mentira se ha apoderado del mundo, como estás viendo hijo mío. El Dragón Infernal está haciendo estragos en la humanidad y los hombres le siguen porque no quieren a su Dios, le dan la espalda a su Dios y buscan el refugio del pecado, de las borracheras, de las lujurias, de las mentiras, del placer, del pecado de la carne, hijos míos, que tanto ofenden a mi Dios vuestro Dios.
Buscad el Sagrario, ahora estáis a tiempo, hijos míos; como mi hijo está narrando todo lo que Yo estoy poniendo a sus ojos, así va a pasar en el mundo si el hombre no se inclina de rodillas y pide perdón a su Dios Creador. Todo esto que ha narrado mi hijo vendrá a la tierra, serán los últimos tiempos; pero, mirad que antes que todo esto pase vendrán los días de tinieblas, como tantas veces he anunciado a mis hijos, los días de equivocaciones, los días que los hombres se maten los unos a los otros por venganza, por herencia; se odiarán padres con hijos e hijos con padres, porque unos verán la Luz y otros verán el Infierno.
¡Alerta humanidad! Yo vuestra Madre vengo al mundo para salvaros del Infierno.


Buscad a mi Hijo, cuántas veces lo he dicho, Sagrario, Sagrario, Sagrario; pero los Sagrarios están vacíos, porque el hombre tiene rutina en sus corazones, solamente el momento de la Eucaristía y a veces de rutina se van sin saber que mi Hijo viene al Altar en su Divinidad para entregarse a los hombres y tengan vida para siempre.
Buscad y hallareis, llamad y vendrá Él, os dará el ciento por uno; sed serviciales unos con los otros; sed caritativos, hijos míos, y llevad el Evangelio de mi Hijo a todos los hombres.
Madre yo te pido esta tarde por estas almas, tus hijos, que estamos aquí, que vienen con alegría, pero muchos con dolor, sánalos, cúralos, sánalos, cúralos. Madre, Tú que puedes y que tienes el poder del Todopoderoso nuestro Dios Creador, pídelo al Padre, a tu Hijo de Amor y al Espíritu Santo, tu Esposo Santificador.
Danos Dulzura, Madre, danos tu Luz siempre, que allá donde vayamos no critiquemos, no hagamos mal sino que tengamos tu Dulzura, tu Paz, tu Verdad; enséñanos a querer a Jesús, tu Hijo, y ahora que estamos en Adviento en el mundo, prepáranos Tú para acoger a tu Hijo en nuestros corazones.


Madre, yo te pido por todos ellos, sánanos todos y que tengamos siempre a tu Hijo en nuestras almas, como tantas veces nos has dicho:” un Sagrario en vuestras almas para que mi Hijo con la Trinidad goce y entre en vuestras almas; sed Sagrarios”. Eso es lo que yo también te pido, como Tú nos lo dices tantas veces, Sagrario, Sagrario, Sagrario.

Esta es tierra de paz, aquí estoy Yo siempre, y tantas veces os he dicho, uno que venga y diga “Madre”, allí estoy, Yo estaré con esta persona, mi hijo o mi hija y la llevaré en volandas y le daré gracias, por eso cuando paséis por aquí, hijos míos, no os olvidéis de al menos rezar tres Ave Marías a mi Corazón Inmaculado.


Es el año de la Misericordia, hijos míos; id a la Misericordia de mi Hijo; tanta Misericordia tiene y derrama, y vosotros, como a Lucía un día le dije, haced los cinco primeros sábados de mes; confesad, haced también un ratico de conversación, como vosotros decís en la tierra, Conmigo; llenaos del Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, y así le prometí a Lucía que Yo y mi Hijo vendríamos en la hora de la muerte a llevaros al Cielo; hacedlo, hijos míos, en este año de Misericordia. Yo quiero que seáis santos todos, que vengáis a este Santo Lugar, Mi Casa, y os llenéis del aroma de mi Corazón y el aroma de mi Hijo.

Amad mucho a vuestro Creador, mi Creador Padre; amad mucho a mi Hijo, el Salvador del mundo; amad mucho al Espíritu Santo, mi Esposo Santificador, y amadme mucho a Mí, porque Yo soy vuestra Madre del Amor. Seguid caminando en el Amor para el Amor.

Adiós, hijos míos; también os digo que la bendición de mi Dios Padre, vuestro Dios Padre Creador, mi Hijo de Amor, el Espíritu Santo, mi Esposo Santificador, vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz. Seguid, hijos míos, siendo buenos, y hablad de mi Hijo al mundo y a vuestros hijos.


Adiós pequeños, adiós hijos, adiós hijos míos.
Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.



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