16 de Septiembre del 2017
Mensaje Público
Nuevamente
veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios
Padre. Dice: “Yo soy el Señor de la noche y del día. Yo soy Señor de
aquellos que optan por el bien y de quienes optan por el mal. Ninguno
se escapará de Mi Juicio. Yo desciendo a través del tiempo y espacio
una vez más para reunir a Mi Resto Fiel. Cuando las personas se reúnan
aquí el 7 de octubre, muchos, por primera vez, sabrán que Yo los elegí
como parte de Mi Resto. Aquellos que insensatamente se enorgullezcan de
esto, habrán rechazado Mi llamado. Mi Resto es humilde, son firmes en
la fe, aunque modestos. Por fuera, no se dan a notar de ninguna forma,
pero Yo conozco lo más íntimo de su corazón y sus convicciones. Ellos
nunca tratan de impresionar, sino que siempre defienden la verdad.
Apoyan Mis mandamientos y alientan a los demás a que lo hagan. Almas
como estas son las que se librarán de Mi Ira y se quedarán para
construir Mi Iglesia. Entonces, Mi Iglesia ya no estará fragmentada ni
será controversial. Ya no habrá ningún aspecto político en su
liderazgo. El enfoque será regresar a amarme y complacerme a Mí y la
salvación de las almas. Anhelo estos tiempos. Me temo que Mi Ira tiene
que ser la criba que separe al Resto de los demás. Recen Conmigo para
que los días de Mi Ira sean pocos en total.”
Lean Sofonías 2:1-3, 11-13
¡Reúnanse,
sí, reúnanse, gente sin vergüenza, antes que sean aventados como la
paja que desaparece en un día, antes que llegue sobre ustedes el ardor
de la ira del Señor, antes que llegue sobre ustedes el Día de la ira del
Señor! Busquen al Señor, ustedes, todos los humildes de la tierra, los
que ponen en práctica sus decretos. Busquen la justicia, busquen la
humildad, tal vez así estarán protegidos en el Día de la ira del Señor.
…
El Señor se mostrará terrible con ellos, cuando él reduzca a nada a
todos los dioses de la tierra y se postren ante él, cada una en su
lugar, hasta las naciones de las costas más lejanas. ¡También ustedes,
cusitas, serán víctimas de mi espada!... Él extenderá su mano contra el
Norte y hará desaparecer a Asiria; convertirá a Nínive en una
desolación, en una tierra árida como el desierto.
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