12 de Octubre del 2017
Mensaje Público
Nuevamente
veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios
Padre. Dice: “Yo soy el Señor de toda la creación; el Señor del
universo. Vengo, nuevamente, para apartar el corazón del mundo del
pecado y del error y hacer que regrese a Mí. La única manera –el único
camino– para lograr esta victoria es por medio del amor a Mí y la
obediencia a Mis mandamientos. Si ustedes aman a alguien, eso implica
que quieren complacerlo. La manera de complacerme a Mí es respetar y
obedecer Mis mandamientos. Cualquier otro camino es una transigencia.”
“Cada
alma es responsable de vivir conforme a la interpretación genuina y
clara de la ley. No intenten redefinir o poner nuevos significados a lo
que Yo he escrito sobre piedra. No acepten la justicia social como una
causa justa para hacerlo. No releguen el pecado a problemas
políticos. Tengan el valor de defender la verdad. Tengan el valor de
ser poco populares por el bien de la verdad.”
“Yo
veo claramente dentro de cada corazón. Yo conozco sus tentaciones y
debilidades. Si ustedes me dejan, Yo estoy aquí para ayudarlos, para
fortalecerlos. No pueden vivir en la verdad sin Mi ayuda. Acepten Mi
ayuda con humildad.”
“Desde toda la eternidad he visto la confusión de estos tiempos. Yo los sobrellevaré con ustedes.”
Lean Baruc 4:1
La
Sabiduría es el libro de los preceptos de Dios, y la Ley que subsiste
eternamente: los que la retienen, alcanzarán la vida, pero los que la
abandonan, morirán.
1ª Juan 3:19-24
En
esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante
de Dios aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más
grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas. Queridos míos,
si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a
Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos,
porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su
mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y
nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus
mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que
él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
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